Nueva York. El choque entre las dos grandes potencias mundiales, Estados Unidos y China, ha marcado las últimas ediciones de la Asamblea General de la ONU, pero ayer martes, tanto Joe Biden como Xi Jinping han buscado rebajar el tono y alejar los fantasmas de una nueva Guerra Fría.

Ese riesgo de una gran fractura que divida al mundo entre los partidarios de Washington y los de Pekín es algo que preocupa enormemente a Naciones Unidas, tal y como hoy reiteró su secretario general, António Guterres, en la apertura de las reuniones de líderes internacionales. Sin embargo, Biden se encargó rápidamente de asegurar que su Gobierno no busca “una nueva Guerra Fría ni un mundo dividido en bloques rígidos” y, aunque defendió una “competición vigorosa” con otras potencias, evitó palabras duras como las que había usado en años anteriores su antecesor, Donald Trump.

El presidente estadounidense se estrenó en Naciones Unidas prometiendo una “nueva era de diplomacia” tras cerrar en Afganistán un “periodo de guerra imparable”, aunque su discurso multilateralista llegó en plena polémica por el nuevo pacto de defensa cerrado con Australia y el Reino Unido, que ha enfadado a China, pero también a aliados como Francia.

Xi, que inicialmente no tenía previsto hablar ante la ONU y que finalmente lo hizo por video, evitó en todo momento referirse explícitamente a Estados Unidos y reclamó apostar por una nueva era de cooperación en el mundo. “El éxito de un país no implica necesariamente el fracaso del otro, porque en el mundo caben plenamente el crecimiento y el progreso conjuntos de todos los países”, defendió.

En una aparente mención al fiasco estadounidense en Afganistán, Xi señaló que se ha “demostrado una vez más que la intervención militar por fuerzas externas y la supuesta transformación democrática son sumamente dañinas”.

Irán ataca a Estados Unidos

Quien no dudó en utilizar esa crisis para atacar a EE. UU. fue el nuevo presidente de Irán, Ebrahim Raisi, quien dijo que la retirada de Afganistán y episodios como el asalto al Capitolio del pasado enero demuestran que “el sistema hegemónico de Estados Unidos no tiene credibilidad, ni dentro ni fuera del país”. “Hoy, Estados Unidos no puede salir de Irak y de Afganistán, sino que es expulsado”, aseveró Raisi en una intervención por video en la que criticó con dureza las sanciones a su país y dijo que está dispuesto a retomar las conversaciones para revivir el pacto nuclear, siempre que conduzcan a la eliminación de esas medidas.

Promesa climática

En una jornada con mucha retórica pero pocos anuncios concretos por parte de las grandes potencias, destacaron promesas en materia de clima. Tras anunciar en abril que iba a duplicar su ayuda financiera a los países en desarrollo para afrontar el cambio climático, EE.UU. se comprometió a duplicar nuevamente esa cantidad, hasta unos 11,200 millones de dólares al año. Esa promesa acerca el objetivo fijado en el Acuerdo de París de que los países ricos transfieran anualmente 100,000 millones de dólares al mundo en desarrollo.

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