Israel dijo que “acelerará” sus ataques contra Hizbulá en Líbano, que en dos días han matado a más de 500 personas, poro antes de que el Ejército lanzara un nuevo bombardeo contra Beirut, en el que murieron al menos seis personas, incluido un comandante del grupo libanés.
Ibrahim Muhammad Kabisi, a quien Israel identificó como el responsable de la unidad de misiles y cohetes de los chiíes, murió en el bombardeo mientras se encontraba rodeado de otros comandantes “clave” del grupo, según el Ejército israelí.
“No podemos darle un respiro a Hizbulá (…). Aceleraremos las operaciones ofensivas y reforzaremos los arsenales. La situación requiere acciones intensivas en todos los frentes”, dijo hoy el jefe del Estado Mayor israelí, Herzi Halevi, durante una evaluación de la situación en el cuartel general del Ejército israelí, en Tel Aviv.
Un portavoz militar explicó a EFE que, después de once meses de intercambio de fuego a través de la frontera con Líbano, Israel “parece haber cruzado el umbral de la guerra”, aunque dijo que el país aún prefiere una solución diplomática con Hizbulá. “Queremos que haya una solución diplomática, pero no parece que eso vaya a suceder pronto. Así que imagino que el Gobierno ha llegado a la conclusión de que solo una solución militar logrará” el objetivo de devolver a sus hogares a los 60,000 israelíes del norte que viven evacuados, dijo el portavoz.
Dos días de bombardeos
Israel comenzó el lunes una campaña de intensos bombardeos contra el sur y el este de Líbano que, según las autoridades libanesas, han dejado ya más de 500 muertos y 1,800 heridos. Hizbulá lleva años almacenando munición y armamento en casas de civiles en el sur de Líbano, y sus ataques de los últimos dos días van dirigidos a “degradar” esas capacidades antes de que sean usadas contra el norte de Israel, según las fuerzas israelíes.