Kabul, (EFE).- La Oficina de la ONU para la para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) afirmó este jueves que 17,6 millones de personas en Afganistán necesitarán asistencia sanitaria en 2023, para lo que serán necesarios 450 millones de dólares, en medio de una grave crisis humanitaria y económica en el país asiático.
«De los 17,6 millones de personas que necesitarán asistencia sanitaria en Afganistán en 2023, nuestros socios han dado prioridad para alcanzar a 15,6 millones. Para hacerlo de forma efectiva, necesitan 450 millones de dólares para servicios sanitarios, dar respuesta a epidemias, cuidados maternales e infantiles y ayuda a personas con discapacidades», dijo la agencia de la ONU en Twitter.
Frente a este llamamiento de la OCHA, los talibanes afirmaron que han ampliado los servicios sanitarios del país desde que se hicieron con el control de Afganistán en agosto de 2021.
«Desde que el Emirato Islámico (como se autodenomina el Gobierno interino de los fundamentalistas) tomó Afganistán, se han establecido 150 nuevos centros de salud (…), creemos que el número de afganos cubiertos por el sector sanitario ha aumentado», dijo a EFE el portavoz del Ministerio de Salud Pública, Sharafat Zman Amar.
El oficial señaló que los talibanes cuentan con «atraer el apoyo» de la comunidad internacional, irritada ante las progresivas restricciones impuestas a los afganos y especialmente a las mujeres, pero que no ha cesado por completo la ayuda ante la magnitud de la crisis en el país.
El director del hospital infantil Indira Gandhi en Kabul, Haseeb Rahimzai Wardak, afirmó a EFE que miles de centros de salud se enfrentan a graves problemas para comprar medicinas y pagar salarios, una situación que ha forzado el cierre de parte de ellos.
«Necesitamos tener activos todos los centros de salud nacionales, así como los de atención básica y hospitales de distrito y provinciales», alertó Wardak.
Otro médico del hospital Indira Gandhi, Atta Mohammad Shirzad, llamó a las organizaciones no gubernamentales y a la comunidad internacional a impulsar la atención sanitaria en Afganistán, en un momento en que la decisión de los talibanes de prohibir a las mujeres trabajar en ONG ha puesto en riesgo la respuesta humanitaria en el país asiático.
En medio de una grave crisis económica, sequía y las consecuencias de décadas de guerra, Naciones Unidas calcula que unos 28 millones de afganos -dos tercios de la población- necesitan asistencia y que unos seis millones están a un paso de la hambruna.
