Naciones Unidas, 15 nov (EFE).– Tras la entrada el lunes del primer convoy con ayuda humanitaria en la liberada ciudad ucraniana de Jersón, la ONU se prepara para llevar más apoyo de emergencia, pero también para asistir a la población ante el «trauma» que ha vivido durante meses de ocupación rusa y combates, según dijo este lunes una responsable de la organización.

Denise Brown, la coordinadora humanitaria de Naciones Unidas en Ucrania, explicó que responder a esos daños psicológicos sufridos por los habitantes de la localidad, en especial los niños, es una de las prioridades para los equipos de la ONU que se están desplegando en la zona.

«El absoluto trauma que esta población ha vivido durante los últimos ocho meses está muy en el centro de nuestra agenda con la Organización Mundial de la Salud y Unicef», dijo Brown en una rueda de prensa por videoconferencia desde Ucrania.

La responsable de Naciones Unidas habló a los periodistas desde un búnker en el que estaba refugiada en medio de un ataque ruso con misiles sobre varias zonas de Ucrania.

«Esta gente ha estado pasando por esto durante ocho meses, así que creo que hay un efecto de acumulación», dijo sobre el impacto psicológico de la guerra en los residentes de Jersón.

Según informaciones a las que Brown hizo referencia, hay niños en esta zona que han dejado de hablar tras meses de pedirles guardar silencio en medio de ataques, que hacían saltar las sirenas de alarma prácticamente a diario.

Pese a la dramática situación, la diplomática dijo que el convoy internacional de ayuda que entró el lunes en Jersón fue recibido con gran alegría por la población de la ciudad, que ahora trata de retomar una cierta normalidad.

Entre los grandes obstáculos destacó la falta de electricidad, de agua corriente y de conexión telefónica y a internet, así como la falta de alimentos en las tiendas.

Brown explicó que la ayuda que entró a la ciudad es «solo una gota en el océano» de todo lo que se necesita y que tratará de llevarse allí durante las próximas semanas.

La ONU y las autoridades ucranianas, señaló, llevan meses preparando una campaña de apoyo a la población de cara al invierno y dijo que la situación que más le preocupa ante la llegada del frío es la de personas mayores en zonas rurales o con dificultades de movilidad.

El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, visitó este lunes Jersón, capital de esta región homónima del sur ucraniano, e izó la bandera del país en una ceremonia en el centro de la urbe, liberada en los últimos días de la ocupación militar rusa.

Zelenski anunció el pasado 11 de noviembre que la ciudad de Jersón volvía a estar bajo el control de Ucrania, después de que las tropas rusas decidieran retirarse al otro lado del río Dniéper, que actúa como frontera natural entre el norte y el sur de la región.

Jersón, ocupada por los rusos el 2 de marzo, era una de las regiones ucranianas, junto con la vecina Zaporiyia, y las orientales Donetsk y Lugansk, que fueron anexionadas por Rusia, pese a que Moscú no ha logrado en ningún momento tener el control militar total sobre estos territorios.

El Klemlin ha asegurado que la retirada de sus tropas a la otra orilla del río Dniéper se debe a una reorganización del frente y a un cambio de estrategia en la invasión que se inició el pasado 24 de febrero. EFE

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