Teherán, 4 abr (EFE).- Miles de iraníes participaron este martes en los funerales de los dos oficiales de la Guardia Revolucionaria que murieron en bombardeos israelíes en Siria, en medio de llamadas a la venganza.
“Muerte a Israel” fue el eslogan que más resonó en la capital iraní en la procesión funeraria de los dos guardias revolucionarios fallecidos el pasado viernes en las afueras de Damasco, según las imágenes emitidas por televisiones del país persa.
Las autoridades iraníes aprovecharon el entierro de los dos «consejeros militares” para prometer una vez más venganza contra Israel.
“Vengaremos la sangre de los mártires Meqdad Mahqani Jafarabadi y Milad Heidari”, dijo el portavoz de la Guardia Revolucionaria, Ramazan Sharif, según los medios iraníes.
Israel ha atacado con misiles Siria en cuatro ocasiones en la última semana, según las denuncias de las autoridades sirias.
El último ataque se perpetró pasada la medianoche desde un punto en el Golán sirio «ocupado», en manos de Israel, contra las afueras de Damasco y una región del sur del país.
En el bombardeo murieron dos civiles, informó la agencia oficial de noticias siria SANA.
El portavoz del Ministerio de Exteriores iraní, Naser Kananí, achacó los ataques israelíes a los recientes esfuerzos diplomáticos en la región, que se han traducido en la normalización de las relaciones entre Teherán y Riad.
“Cuando se promueve la diplomacia y la convergencia, aumenta el aventurismo del régimen usurpador sionista”, escribió en Twitter portavoz del Ministerio de Exteriores iraní, Naser Kananí.
El portavoz afirmó que la supervivencia de Israel depende “de la guerra, la inseguridad y las disputas”.
El Estado judío ataca con cierta frecuencia objetivos en la vecina Siria, donde considera una amenaza para su seguridad la presencia de grupos armados libaneses e iraníes aliados del presidente sirio, Bachar al Asad.
Irán e Israel mantienen una guerra encubierta que incluye ciberataques, supuestos asesinatos a científicos nucleares iraníes y sabotajes a barcos, aunque ninguno de los dos países suele reconocer públicamente sus acciones.
