Puerto Príncipe. Los tres misioneros estadounidenses asesinados en Haití habían llamado a sus contactos en Estados Unidos para que los ayudaran y la ONG para la que trabajaban intentó negociar con los pandilleros para que no los mataran.

La organización Mission in Haití publicó en redes sociales el jueves por la noche, antes del fatal desenlace, un mensaje en el que pedía oraciones para sus tres empleados, que en ese momento estaban siendo atacados por un grupo armado.

Según su relato, David y Natalie Lloyd, así como una tercera persona que no ha sido identificada, estaban “escondidos” mientras unos pandilleros disparaban contra el edificio en el que se refugiaban.
“Les dispararon a todas las ventanas de la casa y siguen disparando. Sus vidas están en peligro”, advertía entonces la organización.

La ONG intentó en vano evacuar a los misioneros “en un vehículo blindado de la Policía”, al igual que trató de negociar con la pandilla para que cesara el ataque.

Los misioneros, detalló el texto, habían sido atacados en la tarde por varios “hombres que andaban en tres camionetas”, quienes robaron “todo lo que pudieron” de uno de los edificios donde operaba la ONG.
El ataque ocurrió en un orfanato que alberga a decenas de niños en Lison 49, en Plaine, al norte de Puerto Príncipe, bajo el control de bandas armadas desde hace varios meses.

David y Natalie Floyd son el yerno y la hija del congresista estadounidense Ben Baker, según informó este viernes el propio político a través de redes sociales.

La hija de Baker, Natalie, y su marido, David Lloyd, se encontraban en el país ejerciendo como misioneros cuando fueron atacados por una banda armada.

Natalie y David se casaron en agosto de 2022 y se mudaron a Haití tres meses después, según la cuenta de Instagram de la joven.

En redes sociales se ve cómo trabajaban principalmente con niños haitianos para la ONG Missions in Haiti Inc., que fue fundada por los padres de David, David y Alicia Lloyd, en el año 2000.

El propio legislador Ben Baker comunicó también a través de las redes sociales la muerte de su hija y su yerno: “Mi corazón está partido en mil pedazos. Nunca había sentido este tipo de dolor (…) Fueron juntos al cielo. Por favor oren por mi familia, necesitamos fuerza desesperadamente. Y oren también por la familia Lloyd. No tengo otras palabras por ahora”.

Asimismo, el expresidente y precandidato republicano a la Casa Blanca Donald Trump se hizo eco de lo ocurrido. “Dios bendiga a Davy y Natalie. Qué tragedia. Haití está totalmente fuera de control. ¡¡¡Encuentra a los asesinos AHORA!!!”, escribió en Truth Social.

Una noticia calificada de “triste” por Misiones en Haití, organización fundada en el año 2000 por los padres de Davy Lloyd y que, cuando se produjo el ataque, lanzó llamadas de socorro ante lo que estaba ocurriendo, además de intentar, sin éxito, evacuar a las víctimas y negociar con los pandilleros para evitar que las mataran.

“Les dispararon a todas las ventanas de la casa y siguen disparando. Sus vidas están en peligro”, advirtió entonces Misiones en Haití en un sobrecogedor mensaje.

Estados Unidos afirmó que la situación de seguridad en ese país “no puede esperar” y subrayó que esa es la razón por la que el presidente, Joe Biden, ha reclamado el rápido despliegue de la misión multinacional de apoyo. “Nuestros corazones están con las familias de los asesinados. La situación de seguridad en Haití no puede esperar”, indicó un portavoz del Consejo de Seguridad Nacional (NSC, en inglés) de la Casa Blanca.

Violencia creciente en Haití en espera misión

La misión multinacional de ayuda a la seguridad obtuvo el visto bueno de la ONU en octubre pasado, poco después de que el entonces primer ministro haitiano, Ariel Henry, pidiera con urgencia el envío de una fuerza internacional ante la violencia en el país.

Si entonces la violencia presentaba ya cotas muy elevadas con matanzas, ataques, violaciones y secuestros a manos de las bandas armadas, se incrementó aún más desde finales de febrero de este año, en especial en el área metropolitana de Puerto Príncipe.

La crisis política, social y económica y la escalada de la violencia se han traducido en numerosos cambios en Haití, con consecuencias como la dimisión de Henry y la creación de un Consejo Presidencial de Transición, que debe llevar a la celebración de elecciones presidenciales.

Solo el año pasado la violencia causó 8,000 víctimas en Haití, donde las bandas controlan gran parte de Puerto Príncipe y otras zonas del país.

Ruto destacó la demostración del “compromiso de Kenia con la paz y seguridad” que supone el despliegue de 1,000 efectivos de ese país.

Kenia liderará una fuerza con unos 2.500 miembros de países de distintos continentes para hacer frente a las bandas “de manera decisiva dentro de los parámetros de la ley, y para eso estamos construyendo una coalición de naciones”, dijo Ruto.

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