El Cairo, 17 oct (EFE).– Decenas de camiones que aguardan en la ciudad egipcia de Al Arish recibieron hoy el aviso para ir al cruce de Rafah, que conecta el Sinaí con la Franja de Gaza, lo que dio esperanza a los centenares de voluntarios para poder entrar y repartir la necesaria ayuda humanitaria. Pero todo se ha quedado en una espera e incertidumbre que no saben cuándo terminará.

El jefe del departamento de rescate y voluntarios de la ONG egipcia Resala, Adel Abdelfatah, aseguró a EFE que esta madrugada recibieron el aviso para mover a Rafah los cinco camiones de ayuda que han desplegado junto a los cincuenta voluntarios egipcios que se han trasladado al norte del Sinaí para la organización, pero la situación aún es «complicada» y siguen esperando en el paso.

Egipto tenía previsto abrir ayer el cruce de Rafah para la entrada de ayuda humanitaria y la salida de extranjeros del enclave palestino, pero el ministro de Exteriores de Egipto, Sameh Sukri, señaló que Israel sigue sin dar el permiso para la apertura del paso fronterizo, sin que se conozcan los motivos.

Se necesitan mortajas blancas

Los equipos de Resala preguntaron a los jóvenes palestinos del enclave qué es lo que necesitan, en medio del asedio impuesto por Israel como castigo colectivo por el ataque por sorpresa cometido por el grupo islamista Hamás -que gobierna de facto la Franja- el pasado 7 de octubre.

La respuesta, además de la comida, agua y medicamentos, fue: mortajas blancas.

«A la hora de saber qué necesitan, hablamos con jóvenes palestinos y nos pidieron mortajas blancas», afirmó Abdelfatah, en alusión a las sábanas de color blanco que se utilizan para envolver los cadáveres según el rito musulmán.

Entre los cinco camiones de Resala, hay repartidas unas 700 mortajas. De hecho, ayer, la agencia de Naciones Unidas para los palestinos (UNRWA) informó de que «no hay suficientes bolsas para los muertos en Gaza».

La cifra de palestinos fallecidos en la Franja de Gaza desde el comienzo de la guerra entre Israel y las milicias del enclave alcanzó este martes los 3.000, informó el Ministerio de Sanidad palestino, que anunció además que el número de heridos se elevó a más de 12.500.

En la parte israelí, el ataque de Hamás dejó más de 1.400 muertos.

Una situación «terrible» en Gaza

El Programa Mundial de Alimentos (PMA) de Naciones Unidas renovó hoy su llamamiento para que se permita el acceso humanitario continuado al enclave, donde «la situación es terrible» y cientos de miles de personas que huyen de la violencia necesitan desesperadamente comida, agua y suministros médicos.

«La situación es terrible. No se parece a nada que hayamos visto antes aquí», aseguró el responsable del organismo en Palestina, Samer Abdeljaber, al destacar que sus equipos «trabajan sin descanso para distribuir alimentos y garantizar que el sistema de cupones electrónicos sigue funcionando».

Es «desgarrador» ver que «cientos de personas hacen cola durante horas todos los días para conseguir raciones de pan en las panaderías de Gaza, mientras que los alimentos están allí, listos para su distribución, justo al otro lado de la frontera», añadió.

Abdelfatah, de Resala, señaló que el principal «problema de entrar a Gaza para entregar las ayudas es las carreteras, que están destruidas por los bombardeos».

Él cree que se habilitará otro cruce, el de Karem Abu Salem (Karem Shalom), ubicado al este del paso de Rafah, «para pasar las ayudas por ahí porque está controlado por Israel y quieren verificarlas. O eso o lo que buscan es retrasar (la entrega) como forma de aniquilarlos (a los palestinos), ya que no tienen ni agua, ni luz ni gas», aseveró.

El jefe de la diplomacia egipcia confirmó hoy a la emisora británica BBC que, desde el pasado 7 de octubre, Israel ha bombardeado cuatro veces el paso fronterizo de Rafah, y que «todavía no hay ningún tipo de autorización para un paso seguro desde el otro lado del cruce». EFE

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