Ciudad del Vaticano. El papa León XIV planteó la necesidad de una iglesia unida contra el odio del mundo moderno y un modelo económico que «margina» a los pobres y «explota» a la Tierra, durante la homilía de la misa de inicio de pontificado.
«Hermanos y hermanas, quisiera que este fuera nuestro primer gran deseo: una Iglesia unida, signo de unidad y comunión, que se convierta en fermento para un mundo reconciliado», reclamó.
León XIV, ante más de 150 delegaciones de países de todo el mundo y de otras religiones, así como miles de fieles en la Plaza de San Pedro, planteó que la iglesia tienda la mano a un mundo marcado por los conflictos y la violencia.
«En nuestro tiempo, vemos aún demasiada discordia, demasiadas heridas causadas por el odio, la violencia, los prejuicios, el miedo a lo diferente, por un paradigma económico que explota los recursos de la tierra y margina a los más pobres», lamentó.
En su homilía, llamó a la iglesia a superar sus divisiones y a tender puentes con las otras religiones y ramas del cristianismo, ejerciendo como un reducto de «comunión y fraternidad».
«El papa no debe ser un líder solitario»
León XIV ha afirmado que el papa no puede ser «un líder solitario o un jefe por encima de los demás» pues «Dios, quiere a todos unidos en una única familia», en la misa de inicio de su pontificado en la Plaza de San Pedro ante decenas de miles de fieles y unas 150 delegaciones internacionales.
«Pedro debe apacentar el rebaño sin ceder nunca a la tentación de ser un líder solitario o un jefe que está por encima de los demás, haciéndose dueño de las personas que le han sido confiadas. Por el contrario, a él se le pide servir a la fe de sus hermanos, caminando junto con ellos», dijo el pontífice estadounidense en su homilía.
León XIV recordó el fallecimiento de Francisco que dejó un gran dolor y recibió un gran aplauso de los fieles.
Recibe palio y el Anillo del Pescador
León XIV recibió el palio y el Anillo del Pescador, símbolos del poder pontificio. El nuevo pontífice se mostró visiblemente emocionado en el momento en que el cardenal filipino Luis Antonio Tagle le impuso el anillo en la mano.
Mientras, se cantaban las «Laudes Regiae», letanías en honor de Cristo, en las que se resalta en nombre de los papas santos.
Recorrido en papamóvil
El pontífice saludó a los fieles de pie en el vehículo que iba a una velocidad algo más rápida que en otras ocasiones, ya que el papa estadounidense debía regresar a la basílica para comenzar el ritual de la ceremonia.
Las varias decenas de miles de fieles presentes con las banderas de sus países celebraron con entusiasmo el paso de León XIV, que no dejó de saludar sonriente, aunque no se detuvo en ningún momento para bendecir a bebes o recibir dones de los presentes.
León XIV recorrió, rodeado por más de 20 hombres de la gendarmería vaticana, los pasillos de la plaza y llegó hasta el final de via della Conciliazione, donde se congregaron los fieles que no consiguieron entrar en la plaza.