Estambul. La reunión de los ministros de Exteriores de Ucrania y Rusia, el encuentro de más alto nivel desde que comenzó la invasión rusa hace dos semanas, terminó sin avances para acordar treguas y corredores humanitarios, ante la negativa de Moscú a abordar y este tema

Tras apenas dos horas, el ministro de Exteriores de Ucrania, Dmitro Kuleba, y el de Rusia, Serguéi Lávrov, terminaron la reunión que mantuvieron ayer en la ciudad turca de Antalya sin más acuerdo que el de mantener abierto el diálogo.

Kuleba, que aseguró haber acudido para negociar especialmente un pasillo para evacuar la ciudad de Mariúpol, asediada por las tropas rusas, achacó el fracaso a que su interlocutor no tenía autoridad para asumir compromisos.

“Hablamos de un alto el fuego de 24 horas para resolver los asuntos humanitarios más urgentes. No hemos hecho progresos porque, al parecer, en Rusia hay otras personas que deciden eso”, dijo el diplomático.

De hecho, Lávrov insistió en que el único formato viable para negociar son los contactos, a un nivel político más bajo, que se vienen celebrando en Bielorrusia. “Vine con un propósito humanitario, salir de la reunión con la decisión de organizar un corredor humanitaria hacia y desde Mariúpol para los civiles que quieren huir de este área. Y un corredor humanitario para llevar ayuda humanitaria”, explicó Kuleba en rueda de prensa al terminar la cumbre.

“Desafortunadamente, el ministro Lávrov no estaba en posición de un compromiso, pero hablará de este tema con las autoridades correspondientes”, añadió.

Kuleba se mostró sorprendido porque, como ministro de Exteriores, Lávrov acudiera a la cumbre sin autoridad para negociar.

“No vamos a rendirnos”

Preguntado sobre si Rusia estaría dispuesta a un cese de las hostilidades, con un compromiso de Ucrania de no entrar en la OTAN y no reconocer la independencia de dos provincias pro rusas en el Este del país, Kuleba afirmó que su sensación tras la reunión de hoy es que Moscú “no está en este momento en posición de acordar un alto el fuego”.

Kuleba dijo que su interlocutor le transmitió que el ataque seguirá hasta que Ucrania acepte todas sus demandas y se rinda.
“Estamos listos para buscar soluciones diplomáticas equilibradas, pero no vamos a rendirnos”, afirmó el ministro.

Lávrov, por su parte, reiteró las condiciones para parar la guerra: la desmilitarización y lo que Rusia llama la “desnazificación” de Ucrania, en su tesis de que el Gobierno de ese país está formado por nazis.

Los dos ministros accedieron a encontrarse en Turquía tras un intensa intermediación diplomática del Gobierno turco. Tras la cumbre, el ministro de Exteriores turco, Mehmet Çavusoglu, matizó que de una primera cita así “no se pueden esperar milagros”, y apuntó que ambas partes se mostraron dispuestos a que haya un encuentro entre los presidentes de Rusia, Vladímir Putin, y de Ucrania, Volodímir Zelenski.

“Ambos bandos defendieron sus posturas de manera muy civilizada. Nadie elevó la voz. Por supuesto no esperábamos que se cumplieran las demandas”, reconoció el ministro turco. Lávrov justificó el bombardeo ruso de un hospital infantil de Mariúpol, el martes pasado, en que no había pacientes porque el complejo se había convertido en base de una milicia ultranacionalista ucraniana. sus países vecinos.

Suman 2.3 millones los refugiados ucranianos

Ginebra. Los ucranianos que se han visto obligados a huir a otros países a consecuencia de la invasión rusa en las dos primeras semanas de conflicto se elevan a 2.31 millones, informó la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).

Polonia acoge a 1.4 millones de estos refugiados, mientras que 214.000 se encuentran en Hungría, 165,000 en Eslovaquia, 97,000 en Rusia, 84,000 en Rumanía y 82,000 en Moldavia, de acuerdo con las estadísticas que actualiza a diario la agencia de la ONU.

A estas cifras se debe sumar un número no confirmado de desplazados internos en territorio ucraniano, que ya en los primeros días del conflicto se cifraba en más de un millón de personas.

La crisis de refugiados es la peor que vive Europa desde la Segunda Guerra Mundial.

El alto comisionado de la ONU para los refugiados, Filippo Grandi, quien visitó recientemente Polonia, Rumanía y Hungría, agradeció en días pasados la respuesta europea a la crisis.

“Es imperativo que la comunidad internacional continúe apoyando esta respuesta a los refugiados y ayude a las comunidades de acogida, particularmente en Moldavia”, afirmó.

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