Kiev. Ganar el favor de los países “no alineados” en Latinoamérica, África y Asia para aislar más a Rusia es una de las grandes prioridades de Kiev en los próximos meses que el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, desveló al cumplirse un año de la invasión de su país.
La iniciativa más ambiciosa anunciada por Zelenski es la organización, en una capital “que sea capaz de reunir a tantos países del mundo como sea posible”, de una cumbre sobre la guerra centrada en principios reconocidos por la ONU como la soberanía y la integridad territorial de los Estados que Rusia viola en Ucrania.
Con el apoyo de Occidente bien apuntalado, Zelenski busca sumar a los esfuerzos diplomáticos, y quizá también militares, para lograr la retirada de las tropas rusas de su territorio a países que siguen manteniendo buenas relaciones con Moscú y se han mostrado ambivalentes a la hora de tomar partido en la guerra.
Para conseguirlo, Zelenski ha adaptado su discurso. De hacer hincapié en la necesidad de defender la democracia y los derechos humanos, que son prioritarios para los gobiernos occidentales, Ucrania ha pasado a enfatizar otros dos principios que están en juego en este conflicto, como la integridad territorial y la soberanía frente a la amenaza del imperialismo.
Por razones históricas y por sensibilidad política, este argumento tiene, a priori, más posibilidades de calar entre los líderes de Latinoamérica, África y Asia, tres partes del mundo que han vivido invasiones de potencias extranjeras y experiencias coloniales traumáticas en las últimas décadas y siglos.
Lula como potencial aliado
Para abrirse camino en este empeño, Zelenski cuenta con el presidente de Brasil, Luis Inácio Lula da Silva, a quien el líder ucraniano ha invitado a visitar Kiev, para pedirle ayuda para conseguir que en América Latina se “entienda mejor” lo que ocurre en Ucrania. Zelenski podría invocar ante Lula tanto su condición de garante del orden democrático en Brasil, frente a los impulsos golpistas de parte de la oposición, como la carta del antiimperialismo, un tema central en el discurso de la izquierda latinoamericana a la que pertenece el mandatario brasileño.