El vicealmirante retirado Félix Alburquerque enfrentará su proceso judicial por la muerte del comunicador Manuel Taveras Duncan recluido en la cárcel Najayo.

Así lo dispuso ayer el juez Juan Francisco Rodríguez Consoró, al dictarle al exdirector de la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD) un año de prisión preventiva como medida de coerción.

La decisión de mandarlo a una cárcel común y no a una militar no fue bien vista por la defensa del imputado, que dijo que este corre peligro estando preso en el Centro de Corrección y Rehabilitación Najayo-Hombres.

“Ese señor (Alburquerque) ocupó la Dirección Nacional de Control de Drogas y hay muchísimas personas que precisamente están en esa cárcel, entonces llamamos la atención de que sin preso no hay proceso”, manifestó la abogada Ingrid Hidalgo, quien integra la barra de defensa del imputado.

Indicó que, en procura de asegurar su vida, solicitaron al magistrado de la Oficina de Atención Permanente del Distrito Nacional enviar a Alburquerque al Polvorín o a Operaciones Especiales, que son cárceles destinadas para los militares y policías en conflicto con la ley.

Manifestó que a la defensa “no le sorprende” la decisión del juez ya que, la semana pasada, cuando se inhibió (lo cual le fue rechazado) había dicho que si conocía la audiencia le impondría prisión preventiva.

Abogados de familiares se muestran satisfechos

Los abogados de la familia de Manuel Taveras Duncan se mostraron satisfechos con la decisión del juez, pues antes de conocerse la audiencia, los parientes habían dicho a la prensa que esperaban que el imputado fuera enviado a una cárcel común. “Mataron a Manuel de una forma innecesaria, brutal, salvaje y primitiva”, dijo el abogado José Fernando Pérez Vólquez.

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