La no comparecencia del primer testigo del Ministerio Público en el juicio del caso Odebrecht hizo que la audiencia de ayer no avanzara, y por lo tanto el proceso no pudo continuar su curso.

La audiencia duró alrededor de seis horas, pero el debate solo giró en torno al testigo ofertado por el Ministerio Público y la repercusión que tuvo la ausencia del mismo.

Mauricio Dantas Bezerra, uno de los ejecutivos de la constructora Odebrecht, fue citado para atestiguar ante el Primer Tribunal Colegiado del Distrito Nacional, pero este salió del país la semana pasada por lo que no asistió al juicio ayer.

En la audiencia del pasado jueves el testigo brasileño compareció pero el juicio fue suspendido. Ese mismo día Dantas Bezerra se fue al extranjero.

Esto hizo que el órgano acusador solicitara al tribunal que se permitiera declarar mediante videoconferencia, petición que fue rechazada y se ordenó la conducencia, mediante la fuerza pública, contra Dantas Bezerra. La jueza Jissel Naranjo votó disidente.

Ante esto, el Ministerio Público presentó un recurso de oposición, con el cual el tribunal, presidido por la jueza Giselle Méndez, revocó parciamente su decisión, ordenó que simplemente se citara al testigo y que continuara la audiencia.

No conformes con esto, las barras de la defensa de los imputados Ángel Rondón, Víctor Díaz Rúa y Conrado Pittaluga pidieron suspender la audiencia alegando que el orden de la presentación de los testigos no se podía alterar, salvo consenso de las partes, cuestión que no se daba en este caso. Nuevamente el tribunal se retiró a deliberar y rechazó la solicitud de los abogados defensores.

Esta decisión contó con el voto disidente la jueza Thania Yunes, quien indicó que al Ministerio Público permitir que su testigo número uno saliera del país colocaba a las defensas en un escenario de indefensión. Cuestionó la permisividad dada por el órgano acusador a Dantas Bezerra.

“Cómo el Ministerio Público permite que su prueba número uno, que vino la semana pasada, no esté presente el día de hoy”, se preguntó.

Entre las peticiones y las deliberaciones, se llegó a las 4 de la tarde, y debido a que ese salón lo iba a usar el juez José Alejandro Vargas, para conocer la medida de coerción de los once imputados en el caso denominado Antipulpo, la magistrada presidenta aplazó el juicio para mañana jueves.

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