La jueza Fátima Veloz, de la Oficina de Atención Permanente del Distrito Nacional, impuso medidas de coerción de fianza y enfrentar el proceso en libertad a los hermanos Antonio y Maribel Espaillat, en el marco de la investigación por el colapso del techo del centro de diversión Jet Set Club, que dejó 236 muertos y más de 180 heridos. Una decisión que ha generado debates entre juristas y la opinión pública sobre la proporcionalidad de la decisión.
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En respuesta al debate, un comunicado de prensa del Poder Judicial cita los argumentos de la magistrada, refiriendo que la jueza consideró que los imputados poseen arraigo suficiente: domicilio conocido, actividades comerciales estables, vínculos familiares y sociales, y ninguna evidencia de intención de fuga ni antecedentes penales. Esto, apunta, hizo improcedente la prisión preventiva solicitada por el Ministerio Público.
El caso fue calificado provisionalmente como homicidio involuntario, conforme al artículo 319 del Código Penal. Este tipo penal contempla penas entre 3 meses y 2 años de prisión correccional. La jueza, refiere la nota, explicó que la medida cautelar debe ser razonable y proporcional al daño, y que su propósito no es sancionar, sino garantizar la comparancia de los acusados al proceso judicial.
Medidas impuestas y caso declarado complejo
Basada en el artículo 226 del Código Procesal Penal, la jueza impuso:
- Impedimento de salida del país
- Garantía económica de RD$50 millones
- Presentación periódica
Además, declaró el caso como complejo , lo que extiende el plazo de investigación para el Ministerio Público.
Sobre la imputación por coacción a testigos contra Maribel Espaillat, la jueza concluyó que el contenido de la conversación presentada como prueba no constituye una alteración sustancial del proceso, calificándola como una “interacción ambigua”, sin impacto penal directo.
Finalmente, la jueza Veloz también subrayó la obsolescencia estructural del Código Penal dominicano, que data del siglo XIX. Afirmó que su desactualización dificulta enfrentar los desafíos judiciales modernos, un punto que cobra relevancia ante la magnitud del caso Jet Set.