Mujeres en política: ¡50% ahora y urgente! (1 de 2)

“Mi esposa se unió al movimiento sufragista y desde entonces no he parado de sufrir”, reza una propaganda anti-sufragista del 1909 en Inglaterra, donde aparece un hombre con un delantal, arrodillado y limpiando el piso. A su lado y de pie está&#8230

“Mi esposa se unió al movimiento sufragista y desde entonces no he parado de sufrir”, reza una propaganda anti-sufragista del 1909 en Inglaterra, donde aparece un hombre con un delantal, arrodillado y limpiando el piso. A su lado y de pie está una mujer con cara de mandona halándole los cabellos. Otro afiche presenta un hombre lavando ropa a mano con cara de agobiado. En el piso está su bebé y el texto dice “Yo quiero votar, pero mi esposa no me deja”. 

En el imaginario machista, lo peor que le puede pasar a los hombres es que la sociedad los trate como tratan a las mujeres. La idea de que las mujeres tengan iguales derechos que los hombres y ostenten el poder sociopolítico que el patriarcado asigna por nacer varón, siempre ha causado… digamos que fricción social.

La Ley de Partidos Políticos, una normativa con potencial histórico de regular y garantizar más equidad en la competencia política dominicana y, crucialmente, más transparencia en el financiamiento a las candidaturas, se encuentra estancada en cuatro puntos cruciales, entre ellos el aumento de la cuota femenina a un 50%. Para aprobar el proyecto se necesitará la intervención de las cúpulas políticas de los partidos.

Estamos en el año 2017: las mujeres tenemos 75 años votando y ya no se puede poner afiches con mensajes histriónicos de hombres aterrorizados ante la posibilidad de una mujer votante. Pero sí se puede crear trabas para que la mujer no alcance la paridad. Una de las excusas de aquellos que no la apoyan es que las mujeres “tenemos que merecérnosla”. Yo pregunto, ¿y qué han hecho los hombres para merecer el 72% de representación que ostentan en el Congreso Nacional? Tampoco recuerdo ningún escrutinio donde se haya decidido que el 100% de las Presidencias de la República las debe personificar un varón. ¿Qué han hecho los hombres para auto-legitimarse con esos porcentajes? Son preguntas extrañas pero reveladoras.

¿Que dónde van a encontrar mujeres capaces y preparadas para alcanzar el 50%?, dice la estructura androcéntrica de los partidos. ¡Pues en sus bases! La Junta Central Electoral tiene amplia experiencia de todas las mañas y berrinches que la clase política despliega para impedir que sus compañeras de partido sean tratadas como iguales.

Para llegar al 50% en cargos electivos los partidos deben comprometerse a garantizar democracia interna, acceso equilibrado a la publicidad y propaganda política, a fondos públicos de campaña y al uso de recursos basado en los principios de transparencia y rendición de cuentas. También se debe prohibir la negociación de candidaturas ganadas por las mujeres, tanto en procesos internos y externos a los partidos, para en su lugar, y muchas veces bajo coerción, colocar hombres.

Mujeres comprometidas con la sociedad, preparadas y fajadoras hay muchas. Es hora de que a la mujer dominicana, que en relación a los hombres vota más, se gradúa más y aún así gana menos, que sufre también el desempleo desproporcionado y la feminización de la pobreza, se la trate como par en las estructuras políticas.

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