La empírica pintora usa su arte para aportar y dejar un mensaje positivo de aceptación y fomentar el amor propio
Nini Carela es arquitecta de profesión, pero desde siempre le apasionó el mundo de la pintura, pasión que heredó de sus padres, que eran artesanos, y poseían un negocio familiar denominado “La Artesanía de Carela”, lo que para ella fue un foco de inspiración muy importante. Carela siempre ha sido una mujer segura y tuvo claro sus objetivos. Supo que quería emprender en algo que tuviera su sello, nombre y que transmita un mensaje. Es por ello que hace cuatro años inició el proyecto de pintar a mano diversos artículos, que tienen su marca personal.
“Buscando qué hacer llegué a la pintura, algo que desarrollé viendo a mi papá, porque yo no fui nunca a una escuela para aprenderlo, sino que lo adquirí de manera empírica”, cuenta Nini Carela a elCaribe.
Para ella la pintura no es un trabajo; es un placer, que le permite comunicarse con los demás ya que quedan forjados a través de sus retratos paisajísticos los sentimientos y experiencias que desea trasmitir.
Plasma su arte y pintura en diferentes objetos entre ellos tazas, bolsos, camisetas, llaveros, portavasos y trajes de baños, aunque asegura pinta en cualquier artículo que el cliente le pida.
En un pequeño espacio de su casa materna (que llama su rinconcito) decidió improvisar su taller de pintura, donde con pincel en mano deja volar su creatividad y dibuja desde paisajes naturales hasta rostro con grandes afros. Y es justamente esa parte que más la distingue y satisface, ya que según Carela, pintar rostros de féminas negras y cabello afro-rizado le permite aportar y dejar un mensaje positivo de aceptación y fomentar el amor propio. “La diferencia que marco es que me acerqué a la línea con rostros, porque era el mensaje que yo quería llevar, recordar la herencia que tenemos, la mezcla que somos los dominicanos. Mi línea trata un poco de eso, de encontrar las raíces y el amor propio que hemos perdido, porque cuando tu amas lo que eres, empiezas a aceptarte en muchas cosas”, afirma la artista del pincel.
La creatividad le llega a la empírica pintora cada vez que sus clientes le hacen algún encargo. Dice le gusta complacerlos y que estén satisfechos con el resultado final en cada una de sus piezas.
La emprendedora tiene la visión de formalizar su negocio, ya que en la actualidad se maneja a través de las redes sociales y por las recomendaciones de los clientes que ya conocen su trabajo. Por lo que en lo adelante le gustaría tener un taller donde exhibir y vender sus productos. Como la demanda le ha ido exigiendo más y hay personas que piden que les enseñe y le dé trucos de cómo realizar varias pinturas, tiene dentro de sus planes en algún momento poner un taller para enseñar a los demás las técnicas que ya conoce. “Quiero seguir creciendo y dar trucos de pintura y no solamente quedarme aquí en el país, porque además de otros países me lo están pidiendo”.
Carela es agradecida, sobre todo con Dios, pero se afianza cada día en el soporte recibido de su familia y de amigos más cercanos.
Admite que es difícil pero no se rinde. Hasta el momento ha tenido que lidiar con su emprendimiento básicamente sola. “Yo soy la que pinto, represento la marca, la que va a las ferias, a las actividades, y también seguir capacitándome (talleres, cursos) y cuando hago eso tengo que dejar de producir”, recalca.
Aunque reconoce que es difícil emprender, en este año 2020 planea volver a sus inicios e incorporar además de lo que ya hace, piezas de las que sus padres fabricaban, que eran distintas figuras talladas en madera, entre ellas animales, aves, y figuras religiosas.
“Aparte de los productos que ya conocemos tengo la incorporación de más paisajes dominicanos, más de la cultura de nuestros pueblos, quiero rescatar un poco los guloyas, destacar lo que nos distingue como dominicano en cada provincia y que a veces los dominicanos no sabemos que lo tenemos”, subraya.
“Y con mis piezas, quiero seguir creciendo y seguir llevando un concepto bien claro del significado de la dominicanidad, de lo típico, de nuestro folclore y nuestra gente”, agrega.
