El artículo del blog, escrito un año después de que Trump se volviera presidente, no hace referencia a él, pero es una clara respuesta a los pedidos para retirarlo, que han iniciado activistas liberales, escritores y tuiteros incluso antes de que se volviera presidente. Y también aborda las críticas sobre que Twitter mantiene a Trump porque es posiblemente el tuitero más famoso del mundo y ha hecho que el servicio sea más visible.
“La cuenta de ninguna persona sola impulsa el crecimiento de Twitter ni influye en esas decisiones. Trabajamos duro para mantenernos imparciales considerando siempre el interés público”, señala la política de la empresa.
¿Entonces qué hay de los usuarios regulares?
Twitter prohíbe «amenazas específicas de violencia o deseos de causar un daño físico serio o enfermedad a un individuo o grupo de personas”. También prohíbe que los usuarios se afilien a organizaciones que “usan o promueven la violencia contra civiles para apoyar sus causas”. Esta política está hecha en parte para mantener fuera de Twitter lo que la red califica como “grupos extremistas”, aquellos que se suscriben a la violencia para conseguir sus fines.
Pero hay una gran excepción: “Esta política no se aplica al ejército o entidades gubernamentales”.
Ya que el presidente es obviamente una entidad gubernamental y como comandante en jefe, una entidad militar también, una amenaza nuclear no hará que quede fuera de Twitter.
Eso hace que algunos se pregunten si hay algo que Trump pudiera decir que lo sacara de la plataforma.
No está claro, pero es poco probable.
Twitter no dijo si ha borrado algún tuit del presidente y parece que no lo ha hecho. Mientras que la empresa dice que revisa los tuits de los líderes mundiales dentro de su contexto político y “aplica sus reglas de acuerdo al caso”, esto deja mucho espacio para la interpretación, posiblemente así lo busca la empresa.