«No hay nadie que sufra más que un loco”

Juan Salazar, en su reportaje “Loco por una día”

Santo Domingo.- Es muy común ver en las calles de República Dominicana a personas indigentes, quienes suelen ser tratadas con indiferencia y desprecio, ya sea por la desconfianza que producen.

La cultura dominicana estigmatiza a todos los indigentes como enfermos mentales, que suelen ser vistos como la cara fea de la sociedad. Estos son seres olvidados por el Estado y por sus propios familiares, quienes los abandonan a su suerte, dice el psicólogo Pablo de los Santos.

«Desde siempre, las personas en situación de calle han existido, pero después de la pandemia han proliferado, debido a la esquizofrenia, el trastorno disociativo y la alta tasa de depresión que el covid dejó tras su paso», expresó.

Salud Pública

Ante el llamado constante de diferentes sectores a no abandonar a las personas con trastornos mentales, el director de Salud Mental del Ministerio de Salud Pública, Alejandro Uribe, dijo que desde el punto de vista legal, esa entidad no puede salir indiscriminadamente a recoger a una gente en la calle solo porque tenga un aspecto de enfermo mental.

El psiquiatra aseguró que esa entidad solo responde a reportes que la gente realiza. “Cuando alguien llama reportando a algún trastornado mental de inmediato enviamos un equipo, que va al lugar donde se encuentra la persona y realiza un descenso, con el cual nos damos cuenta si en verdad es un unfermo mental para proceder con el protocolo».  

El exdirector de las Escuelas de Psiquiatría Dominicanas declaró que no todos los indigentes son dementes, la gran mayoría tiene problemas de adicción, enfermedades físicas como el VIH, personas con lesiones severas en la piel o simplemente que han adoptado ese estilo de vida.

“El año pasado realizamos un muestreo con algunas personas en condición de calle. Este dio como resultado, que solo el 26 por ciento de los indigentes sufre algún trastorno, el resto está en esta situación por otras razones”.

Uribe aclaró que tomaron el resultado de una pequeña muestra de esa población porque es difícil tener datos más precisos debido a que es imposible contabilizar a las personas que están en esa situación, porque son habitantes que se encuentran en constante movimiento.

«Las llamadas de reporte al departamento son constante y tratamos de ayudar, pero esto, no es solo un problema de psiquiatría, esto le compete a toda la sociedad, a uno más que a otros».

Limitaciones:

El director de Salud Mental aseguró que la carencia de espacio es la mayor dificultad que enfrentan, para obtener una posible solución a esta problemática, porque en el país hay pocas Unidades de Intervenciones en Crisis.

Otra limitante es la falta de profesionales en el área, el país solo cuenta con 200 psiquiatra por cada 100, 000 habitantes y lo normal sería 400 que debería tener, de igual modo, hacen falta más psicólogos y trabajadores sociales, declaró.

Por otro lado, Julio Díaz, director de Hogares Crea en Santo Domingo, declaró que muchas de las personas en condición de calle, que son usuario de drogas, no están psicóticos totalmente, sino que en ocasiones lo aparentan para evitar la persecución de la policía, debido a que estos etiquetan a todos los indigentes como dementes.

Aseguró que es por esa razon que se da una situación dual entre esas dos personas.

Del mismo modo, expresó que el mayor motivo por el cual los usuarios de drogas terminan en condición de calle, es porque no tiene un soporte familiar o económico.

Díaz dijo que en la actualidad, este centro maneja una población de 1 300 a 1,400 usuarios de ambos sexos y menores de edad También aclaró que es una población rotativa, porque algunos desertan por diferentes razones.

El director de Hogares Crea aseguró que el 10 por ciento de su población eran personas en condición de calle.

Acción comunitaria

Del mismo modo declaró que esta entidad cada dos meses realiza un almuerzo en lugares donde se expenden estos tipos de sustancias ilegales con el objetivo de concientizar a adictos indigentes.

“Cuando logramos rescatar a alguien, el primer paso que hacemos es contribuir a la recuperacón de su salud física, además lo ayudamos en su proceso de desintoxicación, para que esté en condiciones óptima para la rehabilitación”.

La pandemia

Entre las secuelas que dejó la pandemia está el aumento de los indigentes, que por la producción de diferentes tipos de drogas artesanales, y por la adulteración de las ya existentes, han producido un efecto catastrófico en su condición mental, aseguró Díaz.

“Después de la pandemia los usuarios han tenido que recurrir a cualquier tipo de sustancia por la depresión, la angustia y la ansiedad”.

 

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