El 30 de marzo del año 2016 el presidente Danilo Medina dijo que “En los próximos 4 años vamos a prestar especial atención a un área fundamental, no solo para el bienestar y la salud de la población, sino tambie?n para la atracción de inversiones.
Me refiero al manejo y suministro de los recursos hi?dricos, pues lo cierto es que este es un tema urgente, y estamos decididos a enfrentarlo porque actualmente, la fuerte presión hi?drica a la que están sometidos casi todos los asentamientos humanos y las áreas agrícolas del país, prácticamente no garantiza la sostenibilidad de nuestra producción para los próximos 20 an?os, y para alcanzar la seguridad hi?drica, debemos consumir menos agua y mejorar la producción y almacenamiento de este escaso recurso.”
Mucha gente pensó, con sobrada histórica razón, que aquello era un discurso de campaña que sería olvidado tan pronto culminara el proceso electoral, sin embargo, en su discurso de toma de posesión Danilo Medina reasumió el mismo concepto de atención primaria al cuidado del agua, y cuando en el mes de septiembre publicamos en el periódico elCaribe que el parque nacional de Valle Nuevo, el cual produce agua superficial para la mitad de la población nacional y está protegido por la Ley de Áreas Protegidas 202-04, estaba siendo destruido por una agricultura intensiva y extensiva, el ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales no vaciló en emitir la Resolución 14-2016 donde otorgaba un plazo de 120 días para que los agricultores salieran amigablemente del lugar, y aunque en principio algunos productores agrícolas y algunos sacerdotes se resistieron y hasta acudieron al Tribunal Superior Administrativo para que su ilegalidad agrícola fuese declarada como legal, y que la legalidad de la Ley 202-04 fuese declarada ilegal, pedido que como era lógico se debía rechazar, cumplido el plazo los agricultores y productores de vegetales y flores de Valle Nuevo debieron abandonar el lugar conscientes de que su actividad allí era totalmente ilegal, con lo cual quedó demostrado que la actual filosofía gubernamental de proteger las aguas es consistente con lo dicho por el Presidente, y es real.
Pero si bien es cierto que Valle Nuevo produce cerca de la mitad de las aguas de consumo nacional, incluyendo parte importante de las aguas de la Capital, no menos cierto es que la región cárstica de Los Haitises es tan importante como Valle Nuevo desde el punto de vista del agua, por recibir anualmente una recarga neta de agua subterránea del orden de 1,000 millones de metros cúbicos (conforme al balance hidrometeorológico que realizamos dentro del Plan Nacional de Investigación, Aprovechamiento y Control de Aguas Subterránes, PLANIACAS), y por esa razón Los Haitises entraron en la categoría de parque nacional el mismo día que entró la zona de Valle Nuevo, pues ambas zonas fueron declaradas como parques nacionales mediante el Decreto 233-96 emitido por el presidente Joaquín Balaguer el 3 de julio de 1996, las que luego entraron transitoriamente en la Ley Ambiental 64 del año 2000 y posteriormente entraron en la Ley de Áreas Protegidas 202 del año 2004.
Dentro de la correcta política gubernamental de proteger las aguas superficiales y subterráneas el ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales acaba de otorgar un plazo de 4 meses y otro plazo de 10 meses para que varias comunidades emplazadas en Los Haitises completen y recojan sus cosechas y de inmediato abandonen sus actividades agrícolas en la región hidrogeológica más importante del país y del Caribe, pues Los Haitises constituyen un conjunto geomorfológico de domos calizos cavernosos y dolinas cavernosas que facilitan el inmediato drenaje vertical de todas las lluvias caídas sobre una región de 1,600 kilómetros cuadrados, lluvias que anualmente varían entre 1,800 y 2,000 milímetros de columna de agua por cada metro cuadrado de extensión superficial, y esas aguas están siendo puestas en peligro por una agricultura furtiva e itinerante que primero destruye el bosque primario para abrir paso a sus siembras, pero que fruto del alto contenido férrico de los pobres suelos residuales y fruto del bajo contenido de nutrientes orgánicos, los agricultores abandonan en pocos meses cada lugar, para buscar un nuevo lugar que produzca mejores cosechas, dejando atrás la depredación del bosque primario, la erosión del suelo y la contaminación de las aguas subterráneas, sin saber que esas aguas son las reservas de las cuales dependerá la futura subsistencia del Gran Santo Domingo, Boca Chica, San Pedro de Macorís, La Romana, Higüey, El Seibo, Hato Mayor, Miches, Sabana de la Mar, El Valle, Monte Plata y Sabana Grande de Boyá.
Valle Nuevo es una zona estratégica primaria desde el punto de vista de las aguas superficiales porque la roca volcánica impermeable obliga a que todo el flujo de agua sea superficial, mientras que Los Haitises constituyen una zona estratégica primaria desde el punto de vista de las aguas subterráneas porque la roca caliza cavernosa se traga toda el agua superficial y la almacena a gran profundidad, y como ambas zonas son parques nacionales protegidos por la Ley 202-04, deben ser destinadas única y exclusivamente a la protección y repoblación de sus bosques para la producción y suministro del agua que necesita toda la población. l
