A los 58 años de la muerte del dictador Rafael Leónidas Trujillo, su figura y lo que representó continúa gravitando en la sociedad dominicana, siendo su figura evocada en casi todos los estamentos de la vida nacional.

La influencia de los casi 31 años de gobierno dictatorial de Trujillo se expresa tanto en lo económico como en lo político, así como en la inobservancia de los principios democráticos y el avasallamiento de quienes tienen la oportunidad de hacer ejercicio de poder.

Trujillo gobernó el país desde 1930 hasta 1961 y su paso por el poder se caracterizó por el terror expresado en la opresión y el asesinato, el dominio absoluto de todos los poderes del Estado, las constantes violaciones a los derechos humanos, la acumulación de riquezas y el despotismo.

Muerte de Trujillo

Tras 31 años de dictadura, y luego del fracaso de la invasión de Constanza, Maimón y Estero Hondo, el 14 de junio de 1949, la matanza de nacionales haitianos en 1937, así como del asesinato de las hermanas Patria, Minerva y María Teresa Mirabal, un grupo de hombres se dio a la tarea de poner fin a la satrapía, por lo que el 30 de mayo de 1961 el dictador fue emboscado y muerto cuando se dirigía a San Cristóbal.

Los complotados eran Salvador Estrella Sadhalá, Antonio Imbert Barrera, Luis Amiama Tio, Antonio de la Maza, Huáscar Tejeda, Luis Manuel Cáceres, teniente Amado García Guerrero, Roberto Pastoriza y Pedro Livio Cedeño, y para la ejecución del golpe de Estado se contaba con el mayor general José René Román García (Pupo), entonces secretario de las Fuerzas Armadas.

De ellos, Imbert Barrera, declarado Héroe Nacional, y Amiama Tio quedaron con vida luego de la represión de la familia de Trujillo, encabezada por su hijo Ramfis.

En las primeras semanas de julio de ese año, el Partido Revolucionario Dominicano (PRD), fundado en Cuba en 1939, y encabezado por el profesor Juan Bosch; el Movimiento Revolucionario 14 de Junio, dirigido por el doctor Manuel Aurelio Tavárez Justo, y la Unión Cívica Nacional, integrada por la clase media y alta y presidida por el doctor Viriato A. Fiallo, iniciaron sus actividades públicas en el país.

Luego de la férrea dictadura de 30 años los dominicanos comenzaron a disfrutar la libre expresión del pensamiento y del pluralismo político, y se rompía así la obligatoriedad de pertenecer a un partido único, como fue el caso del llamado Partido Dominicano, propiedad de Trujillo.

Trujillo era el dueño de grandes empresas

Trujillo era dueño de la Compañía Anónima Tabacalera, al menos 15 ingenios azucareros, Fábrica Dominicana de Calzado, Pinturas Dominicanas (Pidoca), Seguros San Rafael, Sociedad Industrial Dominicana y la Refinadora de Aceite de Algodón, Molinos Dominicano, Fábrica de Cemento, Fábrica de Sacos y Cordelería, Fábrica de Vidrio, Industria Nacional del Papel, Atlas Comercial, Caribbean Motors, Compañía Dominicana de Aviación.

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