El año pasado los programas encabezados por el Centro para la Educación y el Desarrollo beneficiaron de forma directa e indirecta a más de 2 mil jóvenes.

Desde los 13 años, Alba María Reyes ha formado parte de decenas de organizaciones comunitarias, en su mayoría enfocadas en fortalecer la participación ciudadana en barrios, bateyes y comunidades rurales, especialmente respecto a temas de derechos de jóvenes y mujeres.

Reyes comenzó su labor social en su natal San Cristóbal, cuando al iniciar la adolescencia su madrina la llevaba a la iglesia a participar del catecismo, donde por sus destrezas, tiempo después, se convirtió en catequista. Dentro de la organización religiosa creó el Movimiento Cristiano de Jóvenes Campesinos, que integraba a decenas de adolescentes y jóvenes de diferentes municipios de esa provincia del sur.

Actualmente, Reyes gestiona a través del Centro para la Educación y el Desarrollo (Ceduca) un programa de fortalecimiento de la participación ciudadana de los jóvenes en los procesos sociopolíticos de sus municipios. Además, un programa de salud sexual y reproductiva, enfocado en el empoderamiento de las jóvenes sobre el derecho de acceso a salud integral, que incluye la prevención del embarazo adolescente, la reducción de la violencia de género, prevención de ITS y proyecto de vida. El año pasado más de 2 mil jóvenes fueron impactados de forma directa e indirecta con estas iniciativas.

El trabajo realizado por la activista social, con los jóvenes y adolescentes desde el Centro para la Educación y el Desarrollo, beneficia de manera directa a varios barrios, bateyes, y comunidades rurales como el distrito municipal de La Victoria, en Santo Domingo Norte; El Carril, en Haina; y La Guayiga, en Pedro Brand; comunidades de la rivera del Ozama en Santo Domingo Este, y Yamasá. Reyes, además del trabajo con jóvenes, ha logrado conformar y apoyar grupos comunitarios, organizaciones de mujeres a los que les imparte charlas y talleres sobre otros temas, como la prevención de las enfermedades de transmisión sexual, derechos como ciudadanos, la violencia, el derecho a la salud, partiendo del marco legal existente en el país.

“Trabajamos a partir de la Ley General de la Juventud 49-00. Nos enfocamos en áreas importantes de políticas públicas consagradas en dicho reglamento, como educación, salud, empleo, cultura, deporte, participación, y recreación”, indicó Reyes.

Ceduca es una entidad social sin fines de lucro, que busca contribuir en la concientización de ciudadanos y ciudadanas para que a través de su participación activa en el quehacer social, se conviertan en portadores de ideas y proyectos de cambios, desarrollen propuestas de soluciones a su propia realidad y la del país e incidan en la consolidación de la democracia.

“Primero hacemos que los y las jóvenes entiendan lo que establece la ley, luego los motivamos a demandar sus derechos. Ellos comprenden que el Estado tiene una responsabilidad con ellos, y exigen que se cumpla”, expresó Reyes.

Asimismo integran a sus debates la Ley 176-07 del Distrito Nacional y los Municipios, donde se les muestra los mecanismos de participación que establece esta normativa, pero sobre todo el tipo de proyectos que deben realizar las alcaldías a favor de la juventud.

“Que los niños, niñas y adolescentes entiendan cuál es el rol de la municipalidad es esencial para cambiar su realidad al participar con sus ideas y opiniones. Hacemos un trabajo de veeduría y control social hacia los ayuntamientos. Hemos monitoreado el 4% en la Ley No.176-07, establecido en el artículo 21, que dice que los ayuntamientos deben invertir esos recursos en programas educativos en género y salud, sin embargo estos no consideran a los jóvenes al momento de su ejecución. La mayoría lo está destinando a compras de recetas y canastas a los miembros de sus partidos”, denunció.

“Hemos identificado que ese fondo que debería estar dedicado al trabajo de género, salud y educación se usa para hacer trabajo político, ayudar al compañero del partido, dando canastillas, para hacer proselitismo, no proyectos estables que respondan a las necesidades de la gente”, advirtió. “Hemos acompañado en Santo Domingo Este y Santo Domingo Norte la creación de dos comités juveniles de veedores, que se encargan de la veeduría a programas específicos en los ayuntamientos”, expresó.

Reyes ha organizado jóvenes para incidir en los ayuntamientos a través de la creación de los Consejos Municipales de Juventud, un mecanismo que deben crear estas entidades gubernamentales de acuerdo con lo establecido en el artículo 34 de la ley General de Juventud, para que los jóvenes participen en coordinacion con las Unidades Municipales de Juventud de los ayuntamientos en las decisiones del cabildo en materia de políticas públicas de juventud.

“El año pasado logramos en Santo Domingo Este y Santo Domingo Norte desarrollar un proceso para incidir en la conformación de los Consejos Municipales de la Juventud. Ya tenemos consejos en ambos municipios. Pero nuestro mayor logró ahí fue que jóvenes de las organizaciones que acompañamos forman parte de la directiva de los dos consejos”, informó.

La problemática de los embarazos en la adolescencia es otro de los temas que trata Reyes. “La desinformación y la falta de educación está perpetuando el problema, pues todavía se considera un tema tabú en la sociedad, y es nula en el ámbito familiar. Tratamos de aportar con charlas sobre ese tema”.

En 2017 Ceduca entrenó a 24 jóvenes en un curso de ocho semanas, que luego fueron a las escuelas de sus comunidades y los grupos juveniles para transmitir la información.

Reyes consideró que es fundamental organizar a los jóvenes capacitándolos social y políticamente. “Si no hacemos cambios ahora, no haremos cambios en el futuro. Ellos son un ente importante para el cambio que necesitamos en el país, pero lo harán cuando conozcan cuáles leyes les respaldan y cómo exigir sus derechos. Por eso hacemos nuestra labor”, subrayó.

Reyes ha formado parte y liderado diversas organizaciones como el grupo juvenil “Juventud Pa’lante”, el movimiento cristiano de jóvenes campesinos; luego participa en la conformación de Federaciones de Mujeres Campesinas y de manera particular en la creación de la Confederación Nacional de Mujeres Campesinas (CONAMUCA), donde duró 13 años, siendo la primera presidenta de esa organización con apenas 22 años.

Luego, ha contribuido en el trabajo de organización campesina y barrial, por ejemplo apoyo la creación del Movimiento de Campesinos Trabajadores, y las Comunidades Unidas en los Haitises. A partir del 1994, se concentra al trabajo social a través de su integración en organizaciones no gubernamentales, trabaja en el Instituto Dominicano de Desarrollo Integral en comunidades urbanas como La Zurza, Capotillo y en el Instituto Movimiento de Mujeres Domínico Haitiana (MUDHA). En este último trabajó durante 11 años, mejorando la salud y vida de miles de mujeres, niños/as y jóvenes en los bateyes.

En octubre del 2017, encabeza la gestación de La Alianza por el Derecho a la Salud (ADESA), coalición de organizaciones sociales cuyo lanzamiento se realiza el 29 de enero 2017 en la Universidad Autónoma de Santo Domingo. Desde entonces asume la coordinación de esta importante organización encabezando la lucha “Por el Derecho a la Salud”, a través de las 56 organizaciones de base comunitarias, de campesinos, campesinas, mujeres, jóvenes, trabajadores de la salud, organizaciones no gubernamentales que aglutina ADESA.

Juventud dominicana enfrenta varios desafíos

Reyes señaló que la juventud del país enfrenta varias problemáticas que impiden su desarrollo. “El desempleo es una de las brechas más fuertes, pero más cuando se habla de las chicas, que además se enfrentan al estigma por su aspecto si tienen pelo rizo o piel negra”, aseguró. “Los servicios de salud pública carecen de calidad y calidez para las jóvenes, especialmente para las embarazadas abusadas –dijo-. Otro tema es el poco acceso a formación técnico vocacional, ya que muchos no son ni-ni (ni trabajan ni estudian), para nosotros no son ni-ni, sino sin-sin (sin oportunidad de trabajar, y sin oportunidad de estudiar). Lo que de alguna forma está vinculado con el tema de la violencia y la delincuencia”. “Si no tiene oportunidad de formarte, de desarrollarte, no te dejan opciones que estar en las calles, en la esquina”.

“Otro gran desafío de los y las jóvenes es la participación real y efectiva en espacios sociales, políticos y de toma de decisiones, el adulto centrismo es una gran barrera, que se ha ido trabajando, pero que falta mucho para lograr la comprensión de la importancia de la participación de la población joven. Hay que dejar de ver a los y las jóvenes como los muchachos, como mi organización y atrevernos a confiar en ellos y ellas, a dar la oportunidad de hacer y construir sus propios procesos. Esto no invalida nuestro acompañamiento, nuestro caminar juntos” consideró.

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