Amar y servir hasta el final

“Hay más felicidad en dar que en recibir” E n 1998 se promulgó la Ley 329 que “regula la donación, legado, extracción, conservación e intercambio para trasplante de órganos y tejidos humanos”. Dicha ley, fue ampliamente debatida…

“Hay más felicidad en dar que en recibir”

E n 1998 se promulgó la Ley 329 que “regula la donación, legado, extracción, conservación e intercambio para trasplante de órganos y tejidos humanos”. Dicha ley, fue ampliamente debatida entre todos los sectores involucrados por las implicaciones éticas que contempla el proceso.

Describe los protocolos a seguir para garantizar que ese gesto de altruismo y solidaridad que pone de manifiesto la generosidad y humanismo de las personas, no sea lesionado en ninguna de las partes del proceso. El organismo encargado de velar por el cumplimiento de esta ley es el Instituto Nacional de Coordinación de Trasplante (INCORT).

En primer lugar, la ley garantiza que sea una decisión personal y familiar en plena libertad y sin ningún interés de lucro. La labor educativa y de sensibilizar para la donación, debe limitarse a ofrecer la información que permita hacer conciencia de la magnitud del servicio que está ofreciendo para seguir dando vida a los demás.

El personal de salud está comprometido con llevar a cabo esos protocolos con todos los lineamientos bioéticos, sociales y jurídicos que de hecho ya están previstos en su profesión: “precisa de un diagnóstico de ‘muerte cerebral’, que se define como ‘el cese total e irreversible de todas las funciones cerebrales”. Recordemos que la profesión misma tiene como función principal salvar vidas. De eso se trata justamente.

La ley contempla también el criterio de justicia distributiva, de manera que todos los ciudadanos que lo requieran tengan la misma oportunidad de recibir dichos órganos, por lo que se establece una lista de espera a la cual se responde en ese orden, sin distinción de persona.

Tenemos en nuestro país múltiples casos donde no solo se demuestra la capacidad técnica de nuestro personal de salud para manejar el proceso pre, durante y post trasplante, sino la probidad de su accionar garantizando que se ha hecho correctamente como establece la ley.

De manera que, donar tus órganos e invitar a tus familiares a que lo hagan, es lo mejor que puedes hacer para el bienestar emocional y espiritual de todos. “…el amor es bondadoso,…no es egoísta”. Corintio. l

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