Decenas acuden a refugios barriales

Keicy Concepción es una adolescente recién parida que salió de su vivienda con su bebé en brazos a un refugio, por temor a que Irma arrasara su pequeña casa.

Keicy Concepción es una adolescente recién parida que salió de su vivienda con su bebé en brazos a un refugio, por temor a que Irma arrasara su pequeña casa.

Keicy es una de las más de 50 personas que desde el miércoles permanecen en un albergue temporal en la funeraria municipal de La Zurza, habilitado por la Alcaldía del Distrito Nacional para los habitantes de esa localidad a orillas del río Isabela.

“A nosotros la Defensa Civil nos fue a buscar. Yo no puse objeción, porque es por la seguridad de mi muchachita. Aquí me siento muy segura”, dijo la joven madre. Estas son 97 de las personas que la Oficina para el Reordenamiento del Transporte (Opret) aún debe reubicar, luego de la construcción de la primera línea del Metro de Santo Domingo.

“Estos residentes dieron muestra de civismo respetando la advertencia de los organismos de socorro”, afirmó Vanesa Burgos, coordinadora del refugio.

Carmelita Diloné, residente de la zona desde los nueve años de edad, cocinó para todo el que tenía hambre, mientras llegaba la ayuda gubernamental.

Sin embargo, otros no aceptaron el llamado de las autoridades y decidieron quedarse en sus casas a cuidar sus pertenencias y salir solo si la cosa se ponía fea.

En la barriada de Los Guandules, a orillas del río Ozama, el panorama era distinto. Parecía como si allí no llegó la información de que el país estaba amenazado por un evento atmosférico.

Niños jugando en las calles, adultos compartiendo en día no laboral y los comercios abiertos era la norma.

Mientras que un grupo de mujeres congregadas en la iglesia evangélica agradecían a Dios por “alejar a Irma de la capital”.
En La Ciénaga pocas familias acudieron a los refugios habilitados en las instalaciones del Cuerpo de Bomberos y en la Escuela Nuestra Señora del Carmen.

Jesús Martínez, presidente de la junta de vecinos, manifestó que muchos temen a que les roben sus bienes y que existe la costumbre de esperar “tener el agua al cuello” para salir de sus casas.

Otros optaron por quedarse en casas de familiares.

Durante el recorrido realizado por elCaribe, por el barrio Los Coordinadores, en Santo Domingo Norte, todo estuvo en calma.
Es una zona con unas 265 familias y cuando hay amenaza de tormentas o lluvias prolongadas se concentran bajo una lona en la calle a esperar que pase el mal tiempo, ahí las inundaciones son frecuentes por la cercanía con el río Ozama.

Las mujeres que viven más cerca del río, tienen un “esquema” de evacuación preparado. “Nosotras subimos con nuestros hijos, a la casa de José, él nos la presta con la condición de que la entreguemos limpia” narra Yamilé Francisco, refugiada junto a sus tres hijos desde el miércoles. José es un hombre que hace muchos años vivía en Los Coordinadores y emigró a España.
Posee una casa de dos niveles que ofrece voluntariamente a sus vecinos para temporadas como esta. Ayer habían 18 familias instaladas allí ante la ausencia de un albergue oficial.

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