La Embajada de los Estados Unidos de América ofreció una recepción de bienvenida con motivo de la llegada al país de su nueva embajadora, la señora Robin Bernstein.

Durante la recepción, la embajadora Bernstein manifestó compartir con los dominicanos los valores de la familia y la fe; y anunció que trabajará para fortalecer la cooperación entre ambos países en las áreas de educación, seguridad ciudadana, comercio y preparación ante desastres naturales.

A continuación el discurso íntegro

Gracias, gracias, muchas gracias a todos por acompañarnos esta noche. Es un verdadero placer darles la bienvenida a nuestro hogar.

Quiero iniciar dando las gracias al presidente Trump y al pueblo estadounidense por la oportunidad de estar con ustedes aquí esta noche. Es un gran honor servir como la principal representante de nuestra nación en la hermosa República Dominicana. Deseo agradecer especialmente al presidente Medina y a su administración por darme la bienvenida; y a todos los que ayudaron a hacer posible esta noche. También quiero agradecer a mi familia por todo su apoyo y especialmente a mi esposo Richard y a nuestra hija JuJu por estar aquí conmigo. La familia es muy importante para mí y junto con mi fe sirve como la base de todo lo que hago y defiendo. Creo que esas son dos características que comparto con los dominicanos y que pueden guiarnos en nuestra toma de decisiones.

Creo que la educación, la seguridad ciudadana, el comercio y la preparación para desastres naturales, deben estar en la parte superior de nuestra lista de prioridades para colaboración.

La República Dominicana y los Estados Unidos son vecinos, y con sólo cuarenta millas entre la República Dominicana y el territorio de los EE. UU., siempre fue inevitable que nuestros dos países compartieran conexiones. A lo largo de los siglos, estas conexiones han crecido a medida que millones de dominicanos han visitado mi país y millones de estadounidenses han visitado la República Dominicana. El trabajo, el matrimonio, la familia, el turismo y nuestro amor compartido por el béisbol han creado lazos estrechos entre nuestros países y nuestros pueblos.

Tenemos una historia y una relación únicas, que tienen mucho más que ver con nuestra gente y sus conexiones que con nuestros gobiernos. Estamos entrelazados … La verdad es que estamos unidos …

También debemos trabajar juntos para aprovechar al máximo las oportunidades que abundan aquí en este hermoso país caribeño. El comercio crea riqueza, ofrece empleos y mejora las vidas de las personas aquí y en los Estados Unidos. Ofrece oportunidades para la educación y para construir aún más sobre los lazos cercanos que ya disfrutamos. Hablando de comercio, me enorgullece anunciar que recibiremos una gran misión comercial, de entre 40 y 50 compañías, puertos, y representantes comerciales del estado de Florida en noviembre. Tal vez algunos no lo sepan, pero como una orgullosa floridana permítanme recordarles que el estado de Florida es el mercado de exportación número 1 de la República Dominicana.

Ya hay más de 100 acuerdos entre universidades dominicanas y estadounidenses, casi 3 millones de turistas estadounidenses visitan este país en este momento, nuestra sección consular procesó más de 200 mil visas para los Estados Unidos el año pasado, e inversionistas estadounidenses invirtieron 2.1 mil millones de dólares en esta economía en el 2017. Estos números son impresionantes y creo que, si trabajamos juntos, todos pueden seguir creciendo.

Estos vínculos significan que también debemos trabajar juntos para enfrentar los desafíos compartidos de la delincuencia transnacional, los desastres naturales, la salud y la ayuda humanitaria. Debemos trabajar juntos para enfrentar estos desafíos que cruzan las fronteras y pueden destruir vidas. Trabajaré para proteger la seguridad y la salud de nuestros ciudadanos en ambos países.

En este sentido, quiero agradecer a la Armada dominicana por su asistencia en el rescate de tres ciudadanos estadounidenses varados en el mar frente a la costa de Punta Cana esta semana. Al capitán y la tripulación del Guardacostas “Capella”, el pueblo estadounidense les agradece.

Estoy segura de que todos ustedes vieron las noticias de mi llamado a consultas a Washington la semana pasada, así que permítanme tocar brevemente este tema. Si al igual que yo, ustedes reconocen que nuestros países están inexorablemente conectados y que estamos unidos, entonces saben que nuestras decisiones particulares afectan a ambos países.

Mi llamada a consulta fue un fuerte gesto de parte de mi gobierno que subraya la seriedad con que tomamos los acontecimientos de este hemisferio. Mis conversaciones de la semana pasada se centraron en lo que Estados Unidos puede hacer para apoyar instituciones y economías fuertes, independientes y democráticas en esta región, para promover la transparencia y el cumplimiento de la ley.

La realidad es que nuestra relación con esta región ha madurado. Nuestra asistencia se ha trasladado de los proyectos de infraestructura del siglo XX al desarrollo de capacidades, seguridad ciudadana y el crecimiento económico.

Sabemos que la mayor fortaleza de los Estados Unidos es su gente, y creemos lo mismo de la República Dominicana. Como dijo el gran Ronald Reagan una vez: “Nosotros, los que vivimos en sociedades de mercados libres, creemos que el crecimiento, la prosperidad y en fin, la plenitud del ser humano se logran desde abajo hacia arriba, no desde el gobierno hacia abajo. Sólo cuando se le permite al espíritu humano crear e inventar, solo cuando los individuos tienen un rol en el proceso de decidir las políticas económicas y se benefician de su éxito-sólo así las sociedades se pueden mantener económicamente vivas, dinámicas, prósperas, progresivas y libres”. Esos son los valores en los que hemos estado invirtiendo.

Sin duda alguna, respetamos su derecho soberano a determinar sus relaciones, pero esperamos que esas decisiones se tomen con una visión clara hacia el futuro y reconociendo cómo esas decisiones afectan a sus socios, su gente, y su soberanía.

Es por eso que espero que nos concentremos en nuestras prioridades compartidas y avancemos hacia un mejor futuro juntos. Estoy muy contenta de estar aquí y tener la oportunidad de trabajar con todos ustedes.

Me comprometo a hacer que la ya fuerte relación entre los Estados Unidos y las República Dominicana se haga aún más fuerte. Que Dios bendiga a los Estados Unidos de América y que Dios bendiga a la República Dominicana. Gracias.

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