Mientras unos celebraban la prolongación del asueto de Año Nuevo, otros no lo vieron con buenos ojos por significar que tendrían bajas ventas en la primera jornada de este 2023.

La declaración del presidente Luis Abinader de que ayer fuera no laborable, lo que sumó tres días a las festividades, impactó negativamente a vendedores ambulantes y a dueños de negocios informales de la capital, que quedó prácticamente vacía debido al éxodo de las personas hacia el interior.

Las calles ayer lucían vacías. Los que acostumbran a comer en el puesto de empanadas y jugos de Carlos, ubicado en el ensanche La Fe, no acudieron a consumir esta popular comida.

“Tú sabes que este tipo de negocios se sustenta de lo que son los talleres, los repuestos, tú me entiendes y al estar cerrados baja un poco, pero hay un poco de movimiento”, explicó a reporteros de elCaribe que lo abordaron en horas de la mañana.

La poca clientela se suma a que el domingo, día de Año Nuevo, cerró el negocio debido a que no acostumbra a vender esos días, además de que por la festividad no iban a concurrir muchas personas.

En la misma situación estaba José Rosario, que también vende empanadas y dijo que aunque vendió algo, no es lo suficiente. “No se ha vendido tanto como los días normales”, expuso mientras preparaba una empanada para una clienta que llegó en un motor y se dirigía a su lugar de trabajo, donde no aplica el feriado.

Dio duro al bolsillo

Para el motoconchista Fernando Pérez, la disposición del presidente Abinader afectó directamente su bolsillo en una situación en la que “todo está caro”.

Explicó que como la mayoría de las empresas privadas y las instituciones públicas no abrieron sus puertas, bajó considerablemente el flujo de pasajeros, a quienes cobran 50 pesos por viaje.

“Nos está llevando quien nos trajo, estamos locos por salir de esta gente que está ahí”, dijo mientras esperaba un pasajero que abordar en una parada ubicada en la avenida Nicolás de Ovando, que los días laborables es muy concurrida, pero ayer estaba en calma.

En el recorrido por la capital, reporteros de este medio también se encontraron con el vendedor de frutas Domingo Marte, que tiene ubicada su casetica ambulante en una de las esquinas de Cristo Rey.

Alrededor del medio día sus ventas habían sido “algo”… “como 500 pesos”. Cuando se le preguntó qué le pareció el decreto 773-22 con el que Abinader suspendió las labores en todo el territorio nacional, Marte dijo:“El presidente tiene que dejar que uno busque la comida”.

Rafael, otro frutero, había vendido en Villas Agrícolas “algunos” guineos y chinas a eso de las 11 de la mañana. Este fin de semana conseguir “los chelitos” se le dificultó debido a que la gente comenzó a dispersarse hacia las provincias desde el viernes.

Pero no solo a los que venden comida u ofrecen transporte les afectó el segundo día feriado de este nuevo año. La demanda en la compra de gomas también bajó, o así lo expresó Humberto Rafael.
Con gomas en manos aseguró que “la cosa” estaba regular.

Habrá otro fin de semana largo en pocos días

El sector de repuestos de vehículos también mermó en sus actividades. Y una muestra de ello lo fue la calle 20 de Villa Juana, donde la mayoría de los locales estaban cerrados, y en los que tenían sus puertas abiertas había poca clientela.

Para otros, el panorama fue mejor. Una de las agraciadas fue Carmen, que vende frituras en la Ovando, y dijo que la demanda subió ayer.

Cuando se le abordó se encontraba sirviendo a un cliente plátanos fritos con salami. La situación de pocas ventas en los negocios antes mencionados podría repetirse la próxima semana, pues el lunes 9 será feriado al mover la celebración del Día de Reyes para esa fecha, lo que hace que se tenga otro fin de semana largo.

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