“Es obligación del gobierno crear políticas sociales”

El Gobierno dominicano tiene la obligación de desarrollar más las políticas sociales, porque somos un país en vía de desarrollo, advierte el vicario de la Pastoral Social de la Arquidiócesis de Santo Domingo.

La Pastoral Social construirá 4 viviendas por vicarías que estarán listas en diciembre de este año

El Gobierno dominicano tiene la obligación de desarrollar más las políticas sociales, porque somos un país en vía de desarrollo, advierte el vicario de la Pastoral Social de la Arquidiócesis de Santo Domingo. “Nosotros no podemos admitir que se jacten de los procesos económicos que suben un 6% cada año, y tengamos una cantidad de viviendas pésimas”, dice el padre Domingo Legua, en conversación con reporteros de elCaribe
Resalta que en República Dominicana hay un 13% de personas que no tienen cubiertas sus necesidades básicas.

Señaló que como Iglesia colaboran con las necesidades del pueblo en la medida que pueden, pero lo que “podemos aportar es poquita cosa, porque no tenemos dinero, y lo poco que hacemos es a través de los aportes de los feligreses en las parroquias”.

“Lo único que ha mejorado el Gobierno es la infraestructura de escuelas, pero la salud no es buena, en el área de educación tenemos todavía profesores poco eficientes; en cuanto a la vivienda, todavía carecemos de buenas viviendas. En este país, más del 50% hay que rehacerlo, el mundo rural está hecho un desastre; los grandes barrios de la periferia, malísimos”, dijo Legua.

El sacerdote explicó que la Iglesia Católica implementa varios programas sociales dirigidos a minorar las necesidades a personas vulnerables. Estos programas incluyen vivienda, alimentación, salud, educación, tratamiento contra las adicciones, y otros.

¿Qué es la Pastoral Social?

Es la acción caritativa, asistencial y promocional de la persona humana, la cual tiene dos vertientes que son la asistencia a las personas necesitadas, a través de las obras de misericordia, como asistir a quienes no tiene de comer, que andan desnudas; y la otra parte es promover y educar en valores.

¿Cuáles proyectos tiene la Pastoral Social?

Nosotros tenemos varios proyectos, pero uno de ellos es asistir a los que no tienen de comer, a aquellos que pasan hambre. En los últimos dos años, entre las fundaciones Ciento por Uno y Banco de Alimentos hemos dado 14 millones de raciones de comidas. Pero también tenemos proyectos de construcción de viviendas. Este año, hicimos con el Instituto Nacional de la Vivienda (Invi) un convenio de colaboración para la construcción de varias viviendas. Antes de la primera quincena de septiembre vamos a iniciar con la construcción.

Las viviendas que construyen ¿Están capacitadas para una familia grande?

Sí, desde hace muchos años estamos construyendo viviendas de dos y tres habitaciones para evitar que las niñas y los niños duerman juntos, para evitar la promiscuidad a nivel de familia. Esto lo hacemos para que se respete la dignidad de cada persona. También en esas construcciones de viviendas tratamos de eliminar las letrinas haciendo baños dentro de cada vivienda.

¿De qué manera trabajan en la formación de la familia en los barrios?

Nosotros siempre trabajamos en la formación. El año pasado, hicimos un proyecto desde el punto de vista de la sexualidad y de los valores, para educar a las personas, y de esa manera colaboramos y trabajamos en la formación los jóvenes y adolescentes. Además, estamos organizando en las parroquias las vicarías de Pastoral Social, de acuerdo a la nueva estructuración de la Arquidiócesis de Santo Domingo, ya que antes teníamos 18 representantes, donde había uno por cada zona, y ahora como hay cuatro vicarías hay un delegado de pastoral en cada vicaría, y nosotros estamos motivando a estos responsables de las vicarías para que organicen la Pastoral Social.

Dentro de la Pastoral Social está el Proyecto Hombre ¿En qué consiste?

Este proyecto es un centro de rehabilitación de drogodependiente, no es un centro de desintoxicación. Nosotros preferiríamos que las personas vinieran desintoxicadas, porque si un joven no está desintoxicado, la vida en la convivencia es muy difícil. En este proyecto nosotros trabajamos en dos formas: A nivel ambulatorio, con aquellas personas que no se ingresan, ya que tienen su trabajo y llevan una vida normal, pero que tienen necesidad de desintoxicarse de ciertas sustancias. Ellos no son grandes consumidores, pero son consumidores. En estos dos últimos años, hemos atendido 97 personas en el régimen ambulatorio. En el régimen terapéutico de internamiento, tenemos 15 personas. Ahora mismo, ya estamos en lista de espera, porque no podemos asumir más de los que tenemos.

¿Cuál es el proceso de los internos en este proyecto?

Los internos en este proyecto llevan tres etapas. Lo primero que se hace es detectar cuáles fueron las causas que lo llevaron al consumo de sustancias tóxicas, y en esos procesos hay jóvenes que no les gustan hablar, otros se resisten, y algunos desde que llegan al centro están dispuestos a iniciar el proceso. La primera etapa termina cuando empiezan a salir los fines de semana con la familia, porque nosotros trabajamos también con la familia. En la segunda etapa es sobre la rehabilitación, donde el joven se va formando y asumiendo responsabilidades. La tercera es la reinserción socio-laboral. Ya para este mes, salen dos para reinsertarse en la sociedad y en lo laboral.

¿Qué hace esa pastoral a través de la Fundación Ciento por Uno?

Hace varios años, contactamos con una organización norteamericana llamada Cross Internacional. Esa fundación nos envía producto de arroz fortificado con todos los valores nutricionales, y esos alimentos lo donamos normalmente a instituciones que trabajan con las personas más necesitadas, porque ellas nos garantizan que los alimentos lleguen a los lugares. Estos alimentos no se venden, ni se manipulan, y hasta el momento nos va bien. Nosotros tenemos un almacén, y desde allí se buscan las asignaciones de cada fundación. A través de este programa, estamos ayudando a algunas diócesis del país como Barahona y otras áreas del Sur, así como en la Línea Noroeste y la zona de Dajabón. También, con este programa, ayudamos cuando hay catástrofes, dando preferencia a cualquier situación de emergencia.

¿Ustedes reciben una colaboración del Estado para esta obra que hacen por los más necesitados?

Nosotros recibimos muy poca colaboración, pero en la Fundación Banco de Alimentos, la vicepresidenta de la República colabora con nosotros, aunque muy poco.

¿Que tiempo lleva usted realizando esta obra de caridad?

En esta labor, ya llevo 15 años como vicario de Pastoral Social, y la verdad es que hemos trabajado mucho, gracias a un gran equipo de gente que colabora con esta causa, y también otro equipo que desde hace un año y medio asumimos la atención de Cáritas Arquidiocesanas.

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