Escogencia de candidatos ha sido traumática para los partidos mayoritarios

Los procesos de escogencia de los candidatos a la presidencia de la República han sido traumáticos en los grandes partidos, sobre todo cuando de por medio hay aspiraciones reeleccionistas de los mandatarios de turno.

Candidatos
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Los intentos reeleccionistas de Horacio Vásquez, Balaguer, Leonel, Hipólito y Danilo han herido a sus organizaciones

Los procesos de escogencia de los candidatos a la presidencia de la República han sido traumáticos en los grandes partidos, sobre todo cuando de por medio hay aspiraciones reeleccionistas de los mandatarios de turno.

Es una constante que se repite desde 1928, cuando Horacio Vásquez, que había sido electo en 1924 y su período terminaba en 1928, lo amplió hasta 1930, y llegado dicho año intentó modificar la Constitución para quedarse cuatro años más, generando una crisis en su partido Los Coludos y posibilitando que Rafael Leónidas Trujillo, con el apoyo de Rafael Estrella Ureña, ganara las elecciones e iniciara 31 años de dictadura.

Terminada la dictadura de Trujillo y luego de los eventos desencadenados tras el derrocamiento de Juan Bosch en 1963, con el respaldo del sector trujillista detrás del Partido Reformista, Joaquín Balaguer y Francisco Augusto Lora ganan las elecciones de 1966, iniciando el actual período de estabilidad democrática.

Para las elecciones de 1970 las intenciones reeleccionistas de Balaguer chocaron con las aspiraciones de Lora, que era visto como un político moderado.

Balaguer amenazó con abandonar el Partido Reformista y candidatearse fuera de la organización, lo que forzó la salida de Lora, que fundó el Movimiento de Integración Democrática (MIDA).

En las elecciones de 1974 y 1978 Balaguer mantuvo el control absoluto del Partido Reformista, y aunque algunos dirigentes eran considerados con condiciones para presidir el país, ninguno enfrentó al mandatario en la búsqueda de la candidatura presidencial.

Tras la salida del poder en 1978, Balaguer gana las elecciones de 1986 y se reelige en 1990 y en 1994, período éste último que fue recortado a dos años debido a la crisis electoral generada por las denuncias de fraude. Para entonces, el Partido Reformista se había fusionado en 1984 con el Partido Revolucionario Social Cristiano (PRSC), pasándose a llamar Partido Reformista Social Cristiano (PRSC).

Para los comicios de 1996 Balaguer hizo evidente su desinterés por la candidatura de Jacinto Peynado, al punto de que lo abandonó a su suerte y en la segunda vuelta apoyó a Leonel Fernández, candidato del Partido de la Liberación Dominicana (PLD).

Ya convertido en PRSC, en los procesos eleccionarios de los años 2000 hasta la fecha, la organización se ha visto afectada por crisis internas.

Partido Revolucionario Dominicano En el PRD las diferencias datan desde la convención para escoger a los candidatos a las elecciones de 1962, ya que Juan Bosch no aceptó que se eligiera a Buenaventura Sánchez Féliz como su compañero de boleta.

Bosch amenazó con renunciar a la candidatura si no se quitaba a Sánchez Féliz. En su lugar se designó a Segundo Armando González Tamayo. Sánchez Féliz y un grupo de seguidores salieron del partido.

Con miras a las elecciones de 1978 el PRD celebró su convención en 1977. El proceso estuvo matizado por los enfrentamientos entre los seguidores de Antonio Guzmán Fernández y Salvador Jorge Blanco. Guzmán Fernández fue escogido candidato presidencial y llevó como compañero de boleta a Jacobo Majluta.

Durante el gobierno de Guzmán (1978-1982) los grupos internos mantuvieron pugnas por áreas del gobierno y con miras a la candidatura presidencial de 1982.

Los guzmancistas trataron de empujar al gobernante hacia la reelección, que entonces estaba permitida de manera ilimitada, pero el mandatario respetó lo que había sido un principio del PRD y decidió conformar con Jacobo Majluta la llamada “Unidad de Acero”. Jorge Blanco ganó la candidatura presidencial y posteriormente las elecciones de 1982.

De cara a las elecciones de 1986 los perredeístas se enfrascaron en una intensa lucha interna. Es así como en 1985 celebraron su convención en el entonces Hotel Dominican Concord. La tendencia de Jorge Blanco apoyó a Peña Gómez para enfrentar a Majluta, y en el conteo de los votos se originó una trifulca cuando el proceso fue interrumpido por un grupo de seguidores de Jorge Blanco, encabezado por Fiquito Vásquez, que irrumpió armado en el centro de cómputos que operaba en el Hotel Dominican Concord. Esto posibilitó la vuelta al poder de Balaguer en 1986.

Los siguientes procesos fueron relativamente poco traumáticos para el PRD, pues el partido abrazó la candidatura de José Francisco Peña Gómez e Hipólito Mejía en 1990, Peña Gómez y Fernando Álvarez Bogaert en 1994, binomio que repitió en 1996. Tras una larga campaña interna el PRD escogió a Hipólito Mejía como candidato presidencial (y éste se hizo acompañar de Milagros Ortiz Bosch) para las elecciones del año 2000, la que ganó a Danilo Medina, del PLD.

Al comenzar su segunda mitad del cuatrienio el Gobierno entró en una profunda crisis debido, entre otros factores, a la quiebra fraudulenta de los bancos Baninter, Bancrédito y Mercantil, y en medio de esta situación de inestabilidad el presidente Mejía logró hacer pasar un proyecto de ley para restablecer la reelección presidencial por un solo período.

Ante la situación, Hatuey De Camps, José Rafael Abinader y Ramón Alburquerque celebraron sus propias primarias para elegir candidato, resultando ganador De Camps, lo que no fue reconocido por el grupo de Mejía. La crisis llevó a la derrota del PRD en las elecciones de 2004.

Los traumas a lo interno del partido continuaron durante los procesos electorales de 2008, donde el grupo de Mejía apoyó la candidatura de Miguel Vargas Maldonado contra la de la exvicepresidenta Milagros Ortiz Bosch.

En las elecciones de 2012 Mejía ganó la candidatura a Vargas Maldonado, cuyos partidarios denunciaron que el gobierno había favorecido al expresidente mandando a votar por éste, ya que el padrón utilizado fue semiabierto.

El descontento de Vargas Maldonado fue tan evidente que, en su condición de presidente del PRD, no apoyó la candidatura de Mejía y se hizo evidente que favoreció la del candidato del PLD, Danilo Medina, quien ganó los comicios.

Crisis en el PLD

La crisis provocada por alegados intentos reeleccionistas de Medina es una de las mayores de las sufridas en el PLD.

Cuando Hipólito Mejía propició la reforma electoral para restablecer la reelección de cara a las elecciones de 2004, once diputados del PLD que apoyaron el proyecto fueron expulsados del partido, y en el año 2000 los seguidores de Jaime David Fernández Mirabal acusaron al grupo de Danilo Medina de corromper la nómina con el visto bueno del presidente Leonel Fernández para favorecerlo en la lucha por la candidatura.

Danilo Medina enfrentó al presidente Leonel Fernández por la candidatura para las elecciones de 2008, y al final del proceso declaró que el Estado lo había vencido, en alusión a que el mandatario usó los recursos públicos para imponerse.

Para las elecciones de 2012 las diferencias entre el ya presidente Danilo Medina y el expresidente Leonel Fernández eran más que evidentes y las descalificaciones entre ambos grupos alcanzaron niveles inimaginables en el PLD. El mandatario impuso la modificación a la Constitución para buscar la reelección y ganó los comicios de ese año.

Y nuevamente el PLD pasa por la que puede considerarse su mayor crisis interna: el grupo del presidente Medina impulsa su reelección a contrapelo de la Constitución, que la prohíbe. La lucha, de momento, se refleja en el tipo de elecciones primarias para que los partidos escojan sus candidatos.

El grupo de Medina impulsa las primarias abiertas y simultáneas, que fueron aprobadas en el proyecto de ley de partidos políticos por el Senado en primera lectura, mientras que Fernández apuesta porque las elecciones partidarias sean con el padrón cerrado.

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