La Fundación Institucionalidad y Justicia (Finjus) dijo que impostergable culminar el proceso de reforma, profesionalización y modernización de la Policía Nacional que, a su entender, constituye uno de los grandes pilares de la seguridad ciudadana.

Finjus aseguró que a partir de la promulgación y adopción de la Ley Orgánica de la Policía Nacional 590-16, se han registrado ciertos avances, aunque tímidos, en diversas áreas de la gestión de la institución; considerándose incluso como uno de los hitos en materia de concreción de una política eficaz de seguridad ciudadana.

“En efecto, uno de los ejes transformadores de la reforma policial, en primer lugar, fue la adopción de una nueva Ley Orgánica, aspecto prioritario, pero insuficiente por sí solo, para el logro de una reforma policial integral. El reto mayor es implementar adecuadamente las aspiraciones contenidas en la ley, mediante la aprobación de los Reglamentos para la operatividad de la Ley Orgánica, y además de los cambios organizacionales y de los modelos de gestión, así como el diseño de las políticas públicas que son necesarias para redoblar su eficiencia y efectividad en la prevención y persecución del delito, de manera que pueda generarse una mayor y mejor confianza en la ciudadanía y responder a las necesidades presentes y futuras de una sociedad cada más exigente y global”, sostuvo Finjus en un comunicado firmado por Servio Tulio Castaños, vicepresidente ejecutivo de la institución.

Añadió que la reforma constituye una necesidad que amerita atención obligatoria de cara a las transformaciones en la vida democrática que ha transitado el país. “Es vital continuar fortaleciendo la entidad del orden para responder efectivamente a las demandas actuales y futuras de la sociedad dominicana”.

Otro aspecto que debe ser abordado, según la Finjus, es el fortalecimiento de las capacidades de investigación de la policía.

Dijo que en cuanto principal órgano auxiliar de la investigación penal, la cual dirige el Ministerio Público, el subsistema policial es  una de las piezas angulares del sistema de justicia penal. “No se puede pretender que los jueces decidan sin pruebas idóneas, esto es, científicamente razonables, veraces y confiables, pues la Constitución establece que nadie podrá ser juzgado –ni castigado– sin haber sido oído o debidamente citado, ni sin observancia de los procedimientos que establezca la ley para asegurar un juicio imparcial y el ejercicio del derecho de defensa”.

Sostuvo que es necesario continuar reforzando la labor coordinada entre el Ministerio Público y los técnicos investigadores policiales, de modo que la investigación, cuya etapa inicial es crucial, pueda estar orientada a destruir, más allá de toda duda razonable y con estricto apego a las normas del debido proceso, la presunción de inocencia que nuestro ordenamiento jurídico reconoce a todo imputado.

“Solo por este camino es que se avanza en el fortalecimiento de los lazos de la Policía con la sociedad; el aumento de la confianza en las instituciones con los agentes del orden y en general, en el reconocimiento del gran papel que debe jugar la Policía en la prevención y persecución del crimen organizado y el sostenimiento de la convivencia pacífica y la democracia”.

Finjus exhortó a seguir fortaleciendo el proceso de reforma que se requiere para lograr un órgano policial que responda a los mejores intereses de la sociedad. “:a institución cuenta con grandes potencialidades y capacidades, todas las cuales requieren una adecuación reformulada tanto normativa como estructuralmente, a los fines de lograr un impacto positivo y de largo alcance en las labores de este órgano”.

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