Luchadora por la democracia en los tiempos donde fijar postura política era una especie de sentencia de muerte. Una centinela del medio ambiente, sobre todo de los manantiales y áreas protegidas de la República Dominicana. Esa era Aniana Vargas, «La Madre de las Aguas».

Justamente hoy cumple 20 años de su partida terrenal y su legado de preservación del medio ambiente todavía se mantiene vivo.

Y es que, desde siempre combatió las injusticias, incluso en los peores tiempos de la Era de Trujillo, donde la palabra «libertad» era una quimera. Al final, para salvar la vida, tuvo que exiliarse en 1959.

Sin embargo, ya decapitada la tiranía, Vargas se une al Movimiento 14 de Junio (1J4) y se establece en el país.

Al momento de estallar la Guerra de Abril de 1965 se unió a los combatientes de la zona norte de la capital. Su desenvolvimiento le permitió ingresar en la zona del cordón de seguridad, donde habilitaron una escuela de formación político-militar para entrenar a los miembros del 14 de Junio.

La experiencia que alcanzó Aniana Vargas como luchadora la convirtió en instructora de la Academia 24 de Abril, entidad que formó a miles de combatientes

Posterioremente fundó la Federación de Campesinos hacia el Progreso para luchar contra los desalojos y por la preservación de la cuenca de los ríos Yuna y Blanco.

En 1989 inició un proceso de lucha contra una empresa minera que se prolongó durante años.

Finalmente, el 16 de diciembre de 2002, murió en Bonao, provincia Monseñor Nouel.

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