La Iglesia católica en la República Dominicana celebró ayer una solemne eucaristía para dar gracias por la elección del nuevo sumo pontífice, el papa León XIV.
La misa fue presidida por el nuncio apostólico en el país, monseñor Piergiorgio Bertoldi, y se celebró en la histórica Catedral Primada de América, en el marco del Jubileo Nacional de los Jóvenes 2025.
La ceremonia reunió a cientos de jóvenes pertenecientes a pastorales juveniles de distintas provincias del país, quienes asistieron a la misa como parte de las actividades que organiza la Arquidiócesis de Santo Domingo, sede oficial del Jubileo de este año.
Durante la homilía, el nuncio Bertoldi evocó el emotivo momento en que el Papa León XIV apareció por primera vez en el balcón de la Basílica de San Pedro. “Lo vimos por primera vez, no como un león, sino como una ovejita de Dios. En su rostro se reflejaban la mansedumbre y la sincera emoción que nos revelan al Buen Pastor”, expresó.
El representante del Vaticano destacó la humildad y serenidad del nuevo pontífice, cuyas primeras palabras al mundo fueron: “Dios nos quiere bien, Dios los ama a todos, ¡y el mal no prevalecerá!”, marcando el inicio de su ministerio con un mensaje de esperanza.
“El mundo necesita su luz, la humanidad necesita de Cristo como el puente hacia Dios”, agregó Bertoldi, recordando además el llamado del Papa a seguir adelante sin miedo, tomados de la mano de Dios.
El nuncio también compartió un mensaje que el Papa León XIV dirigió recientemente a los cardenales que participaron en su elección: “Nos toca ser dóciles oyentes de su voz y fieles ministros de sus designios de salvación, recordando que a Dios le gusta comunicarse en la ‘sutil voz del silencio’”.
La misa concluyó con una bendición especial para los jóvenes, a quienes se exhortó a ser testigos activos del evangelio en sus comunidades.
Durante su homilía, Bertoldi invitó al pueblo dominicano a dejarse guiar por el espíritu del Señor resucitado y a convertirse en una Iglesia viva, fiel y cercana, como lo ha sido la comunidad católica de Chiclayo, en Perú.
“Dejemos que el Espíritu del Señor resucitado siga soplando y, sin duda, sabremos ser como la Iglesia de Chiclayo, donde un pueblo fiel ha acompañado a su obispo, ha compartido su fe y ha dado tanto, tanto, para seguir siendo la Iglesia fiel de Jesucristo”, expresó.
El nuncio destacó que fue precisamente en la iglesia de Chiclayo donde el ahora Papa León XIV ejerció su ministerio episcopal antes de ser llamado a Roma por el Papa Francisco. Ese recorrido pastoral, dijo Bertoldi, forjó su cercanía al pueblo, su humildad y su espíritu de servicio, cualidades que hoy encarna como Vicario de Cristo.
“Una iglesia a la que podemos y queremos parecer, acompañando al nuevo papa como pueblo fiel que confía en María, en la Virgen de la Altagracia, la Madre que siempre quiere caminar con nosotros, estar cerca, ayudarnos con su intercesión y su amor”, concluyó.
Iglesia continúa orando por víctimas
Monseñor Piergiorgio Bertoldi dedicó parte de la eucaristía a recordar a las víctimas del trágico desplome ocurrido hace un mes en la discoteca Jet Set.
Durante su homilía, Bertoldi expresó palabras de consuelo para los familiares de las personas fallecidas y heridas en el accidente. “Seguimos rezando un mes después por las víctimas de Jet Set y por sus parientes”, afirmó el representante del Vaticano.
Primer Jubileo Nacional de la Pastoral Juvenil
Con un profundo espíritu de fe, alegría y esperanza, la Arquidiócesis de Santo Domingo fue sede del I Jubileo Nacional de los Jóvenes, celebrado los días 10 y 11 de mayo, un evento sin precedentes que congregó a más de 400 jóvenes católicos de todo el país bajo el lema “Peregrinos de Esperanza”.
Organizado por la Comisión Nacional de Pastoral Juvenil de la Conferencia del Episcopado Dominicano y la Comisión Arquidiocesana de Pastoral Juvenil de Santo Domingo, el Jubileo se vivió intensamente con momentos de misión, catequesis, adoración al Santísimo Sacramento y conciertos, por todo el territorio de la Zona Colonial, en los que la juventud expresó con entusiasmo su compromiso con la fe.
Durante dos días, los jóvenes recorrieron las calles y comunidades que comparten el mensaje del Evangelio, que reafirman su identidad como discípulos misioneros y manifiestan con gestos concretos que la Iglesia dominicana está viva en sus jóvenes. Los encuentros y celebraciones estuvieron marcados por un ambiente de fraternidad, música, oración y discernimiento.
El Jubileo Nacional concluyó con la asistencia de los jóvenes a la misa para unirse en oración por la elección del nuevo papa León XIV.