Los crímenes más notorios de la «Era de Trujillo»

Un día como hoy la larga pesadilla de 31 años concluyó con siete disparos en el cuerpo del tirano, en medio del kilómetro 9 de la carretera Santo Domingo-San Cristóbal.

Desde que Rafael Leónidas Trujillo ascendió al poder en 1930, la República Dominicana comenzó a vivir una larga noche que se extendió durante 31 años.

La dictadura o la autodenominada «Era de Trujillo» devoró todo a su paso; a sus opositores políticos, a conspiradores internos y externos, antiguos aliados que lo ayudaron a ascender a la cúspide pero que cayeron en desgracia, así como amigos y allegados.

Nadie estaba exento de las pezuñas de una tiranía que no conocía límites ni escrúpulos, y que en su tiempo fue considerada la peor del hemisferio occidental.

Un día como hoy la larga pesadilla de 31 años concluyó con siete disparos en el cuerpo del tirano, en medio del kilómetro 9 de la carretera Santo Domingo-San Cristóbal. Por tanto, elCaribe te presenta a continuación los crímenes más notorios de la «Era de Trujillo».

Virgilio Martínez Reyna
Altagracia Almánzar

Virgilio Martínez Reyna y Altagracia Almánzar

El 1 de Junio del año 1930, desconocidos asesinaron a Virgilio Martínez Reyna y a su esposa Altagracia Almánzar, quien se encontraba embarazada.

Al menos tres hombres armados con machetes y pistolas ingresaron a la vivienda donde se encontraban durmiendo. Martínez Reyna, al percatarse, intentó reaccionar pero fue degollado y su nariz cercenada por el filo del machete. Luego de que su cuerpo estaba en el suelo, los asesinos se ensañaron y le realizaron varios disparos, a pesar de que este estaba inerte.

En el caso de Almánzar, ella intentó ayudar a su esposo pero también recibió varios disparos que la dejaron en situación grave. Finalmente moriría varias horas después.

Cipriano Bencosme

Cipriano Bencosme

Bencosme participó en las revueltas contra los presidentes Alejandro Nouel y José Bordas Valdez. Además, se convirtió en diputado durante el gobierno de Horacio Vásquez. Sin embargo, cuando Trujillo subió al poder este se rebeló en armas en las montañas, pero no resistió los embates de las tropas del tirano y cayó abatido el 19 de noviembre de 1930.

Su cuerpo fue expuesto durante dos días frente a la Gobernación Provincial de Moca, a modo de escarmiento y advertencia.

Desiderio Arias.

Desiderio Arias

Era el último caudillo que se oponía al dictador dominicano. Tras ser parte del primer gabinete del tirano, renunció y se desvinculó de su régimen; además, denunció públicamente los atropellos y abusos que se estaban cometiendo.

Arias se alzó en las montañas pero cayó ante las fuerzas militares el 20 de junio de 1931. A continuación, su cadáver fue decapitado. Según el ingeniero Pedro Delgado Malagón, fundamentado en el testimonio de su abuelo, el médico militar Ángel Delgado Brea, este dijo que el teniente Ludovino Fernández posteriormente le informó a Trujillo: “General, allá le tengo la cabeza de Desiderio” y Trujillo, contrariado, le respondió: “muy mal hecho”.

Haitianos masacrados.

La matanza de haitianos o «masacre del perejil»

La masacre fue ejecutada entre los días 2 y 8 de octubre del 1937, y para cometer aquel genocidio, las fuerzas militares y policiales dominicanas utilizaron pistolas, hachas, cuchillos, y palos para cumplir con la orden de Trujillo.

Se estima que entre 15,000 y 20,000 haitianos fueron privados de su vida, entre ellos niñas, niños y mujeres, que luego de ser asesinados, sus cadáveres eran lanzados al río Dajabón, hoy conocido como el “Río Masacre”.

Mauricio Báez

Mauricio Báez

El 7 de enero de 1946, la República Dominicana amaneció con un paro laboral en los ingenios de la Romana y San Pedro de Macorís en demanda de aumento salarial y  jornada de ocho horas. La huelga fue organizada por el líderobrero Mauricio Báez. El temor a que el paro se extendiera a otras zonas del país obligó al régimen, por primera vez, a dialogar con los huelguista y sus demandas  fueron aceptadas.

Trujillo nunca perdonó tal humillación y desató una tenaz persecución contra los sindicalistas. Muchos fueron asesinados y otros, como Báez, tuvieron que exiliarse. No obstante, el largo brazo de la dictadura lo alcanzaría.

El 8 de diciembre de 1950, agentes encubiertos se presentaron en la casa No. 08 de la calle Cervantes, en La Habana (Cuba), donde secuestraron a Mauricio Báez, de quien no se supo nada más.

Jesús Galíndez

Jesús Galíndez

Era un profesor de doble-nacionalidad, español y estadounidense que huyó de la España de Franco y posteriormente la República Dominicana. Finalmente se estableció en Nueva York, donde comenzó a lanzar críticas hacia el regimen de forma reiterada.

Trujillo, molesto por una tesis doctoral de Galíndez que arremetía contra sus familiares, decidió en 1956 trazar una trama, secuestrarlo en territorio norteamericano y retornarlo a este país.

Tras inconmensurables torturas y vejámenes, Galíndez fue asesinado y desaparecido.

Juan A. Morales (Guancho).

Juan A. Morales (Guancho)

Cuando el dictador Fulgencio Batista fue derrotado por Fidel Castro y el primero de enero de 1959 huyó a la República Dominicana depositando varios millones de dólares en el Banco de Reservas, Trujillo ordenó al entonces administrador de esa entidad bancaria, Juan A. Morales, a que no le devolviera ni un centavo.

Sin embargo, Morales supuestamente hizo caso omiso a las órdenes del tirano debido a su honestidad, y cuando Batista solicitó su dinero, este procedió a entregárselo.

El 18 de agosto de 1959 Trujillo lo mandó a llamar para que respondiera sobre sus actos. Según historiadores y expertos, Morales respondió que no era ladrón, lo que provocó que el mismo Trujillo le clavara un estilete en el pecho.

Ramón Marrero Aristy

Ramón Marrero Aristy

Trujillo quedó impresionado con la elocuencia y el talento literario de Ramón Marrero Aristy, lo que despertó el celo de Johnny Abbes, el temido jefe del Servicio de Inteligencia Militar (SIM).

Abbes informó a Trujillo que éste era el responsable de la filtración de informaciones utilizadas para atacar al régimen por el laureado periodista Tad Szulc, del New York Times.

Marrero Aristy fue visto con vida por última vez una tarde en la que penetraba al despacho de Trujillo. Horas antes su viuda Belisa Mejía lo había despedido nervioso y preocupado.

Versiones indican que pudo haber sido asesinado en el mismo despacho de Trujillo o que fue detenido y entregado a un sicario de La Vega, quien le dio muerte y arrojó su cadáver junto a su chófer, aparentando un accidente automovilístico en Casabito, municipio Constanza. 

María Teresa, Minerva y Patria Mirabal.

Las hermanas Mirabal

Entre las atrocidades cometidas por el Servicio de Inteligencia Militar (SIM) que más impacto produjeron a la población está el asesinato de Minerva, Patria, María Teresa Mirabal y Rufino de la Cruz el 25 de noviembre de 1960, el cual fue perpetrado por el jefe del SIM en la región del Cibao, Alicinio Peña Rivera.

El día que las hermanas fueron interceptadas por los esbirros del SIM a la altura del lugar conocido como La Cumbre, donde Trujillo tenía una casa de veraneo; las mataron a palos, puñaladas y golpes contundentes.

El asesinato de las tres jóvenes indignó a diversos sectores y tuvo repercusión en la comunidad internacional, lo que, según los entendidos, marcó el inicio del fin de la Era de Trujillo.

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