Las autoridades dominicanas ayer se enfrentaron a la trata de personas en su modalidad más presente en la República Dominicana: la explotación sexual.
Mediante la operación Cattleya fue desmantelada una red de proxenetas que se dedicaba a explotar a mujeres de países latinoamericanos, principalmente de Colombia y Venezuela. Las autoridades rescataron alrededor de 80 víctimas que eran explotadas sexualmente en centros de prostitución.
Los operativos fueron ejecutados por la Procuraduría Especializada contra el Tráfico Ilícito de ilegales y Trata de Personas, en conjunto con el Departamento de Control Migratorio e Investigación de Trata y Tráfico de Personas de la Policía Nacional, así como la DNCD.
Las víctimas eran retenidas en el Hotel Caribe, del Distrito Nacional, y en el Residencial Coco Real, en Bávaro, según el Ministerio Público.
En unos videos que circulan en las redes sociales se observa que durante uno de los allanamientos realizado en un aparta hotel de Gazcue las mujeres son sacadas con toallas y sábanas que les cubrían el rostro.
En los allanamientos se detuvieron a 14 personas relacionadas con el hecho. Son acusados como presuntos responsables de delitos relativos a la trata de seres humanos,, tráfico de drogas, blanqueo de capitales y pertenencia a organización criminal.
“Mi bebé precioso, la hora tiene un costo de 5 mil pesos, si te quieres llevar a la bebé serian 6 mil pesos”, es lo que se escucha en un audio filtrado sobre el precio a pagar por los servicios sexuales en los hoteles allanados, ofrecidos por jóvenes, en su mayoría colombianas.
Además, a través de una página web, se promociona el catálogo de las colombianas que estaban en oferta para los servicios de prostitución y trata de personas que operaban en diferentes hoteles del país.
Modus operandi de la red de trata de persona
Una vez traídas al país, las víctimas eran obligadas a admitir que tenían una deuda entre US$3,000 y US$4,000 con las redes que las movilizaban, les obligaban a consumir sustancias controladas, las sometían a tratos vejatorios e infrahumanos y no les permitían ninguna libertad propia del ser humano, lo que llevó a varias de ellas a escaparse, según el Ministerio Público.
