Niños felices con juguetes nuevos en barrios de la capital

“Pocas cosas se comparan con la emoción de ver la alegría en los niños cuando tienen sus juguetes nuevos. No solo se alegra uno por ellos, sino que recuerda los tiempos en que uno también fue muchacho”.

“Pocas cosas se comparan con la emoción de ver la alegría en los niños cuando tienen sus juguetes nuevos. No solo se alegra uno por ellos, sino que recuerda los tiempos en que uno también fue muchacho”.Esas fueron las palabras de Alejandro Báez, ayer Día de los Reyes Magos, en momentos en que observaba a sus dos hijos que corrían sus bicicletas frente a su casa en la calle La Altagracia del barrio San Carlos, en el Distrito Nacional.

De acuerdo con Báez, para la fecha “hay que comprarle juegos a los hijos, aunque se hagan algunos sacrificios”, pues según dijo, es la única ocasión del año en la que “los pobres” les regalan juguetes a sus niños.

De igual modo se expresaron otros padres en ese sector donde los infantes se desplazaban de un lado a otro en patinetas, otros jugaban con pelotas inflables y tenían diferentes juguetes, pero algo era común en todos ellos: la algarabía por los regalos que “les dejaron los Santos Reyes Magos”.

Un ambiente parecido se pudo observar en el sector de Villa Juana, Ensanche Kennedy y otros barrios del Distrito Nacional.

Mientras que la Catedral Primada de América celebró una misa en donde los niños fueron los que, en su mayoría, ocuparon los asientos. Contrario a otras fechas, ayer, 6 de enero, la eucaristía estuvo dedicada a ellos. Los niños fueron los que personificaron a la Virgen María con el niño Jesús en Brazos, también a José y a los pastores en el pesebre, lugar al que tres hombres disfrazados como Melchor, Gaspar y Baltasar, acudieron para llevarle regalos al hijo de Dios.

La mayoría de los infantes llegaron desde diferentes iglesias de sectores de la capital, donde participan de la “catequesis”, o adquieren doctrina católica.

La eucaristía fue oficiada por el padre José Abraham Apolinario, vicario general de la Arquidiócesis de Santo Domingo, quien con la participación de los niños presentes en el templo, relató sobre el nacimiento del niño Jesús. Aprovechó para leer una carta del Papa Francisco que trata sobre la paz.

Delante de la multitud de infantes, el padre Apolinario expresó que la violencia es una profanación del nombre de Dios, y que no es cierto que se pueda hacer guerra o maltratar en nombre del “Creador”. Los motivó a no pelear en la escuela, ni en la casa y hacer la paz, no la guerra.

Según la doctrina cristiana, cuando los Reyes Magos fueron a ver al niño Jesús, le llevaron como regalo oro, incienso y mirra. El oro representa que Jesús es el Rey de Reyes; el incienso fue porque era Dios; y la mirra por su condición de hombre en la tierra.

Creen que se ha ido perdiendo la tradición

Antonio Ramos, presidente de la Organización Nacional de Empresas Comerciales (ONEC), consideró que, aunque esa tradición se ha perdido en algunos lugares, en otros permanece la costumbre de que son realmente los Reyes Magos quienes les dejan los juguetes a los niños. Sin embargo, dijo que el hecho de la movilidad del día seis para el lunes nueve hace que la población se confunda de fecha y se pierda un poco la tradición.

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