La excongresista Guadalupe Valdez es Embajadora Especial Hambre Cero para América Latina y el Caribe

La erradicación del hambre y el reconocimiento de los derechos de la mujer han sido las dos principales causas de lucha que ha asumido durante estos últimos años Guadalupe Valdez, una excongresita enfocada en el desarrollo de espacios sociales para el empoderamiento de sectores vulnerables.

Su labor comenzó cuando tenía 16 años al iniciar sus estudios en la Universidad Autónoma de Santo Domingo. Consideró, por las condiciones en las que estaba el país, que era necesario generar un cambio social, sobre todo, “para que la riqueza se distribuyera mejor y se disminuyera la desigualdad y sus efectos”.

A partir de ahí, fue voluntaria de varias organizaciones sociales como el Centro de Estudios de Producción Social (Cepros) y el Centro de Investigación de Producción Social (Cipros), en los que impulsó temas con la misión de que los comunitarios se identificaran como los actores principales en sus procesos de desarrollo.

Valdez fue diputada nacional de 2010 a 2016, por Alianza Por la Democracia (APD). En ese período encabezó la formulación y promoción de la ley en Soberanía, Seguridad Alimentaria y Nutricional (589-16), que básicamente procura reducir la malnutrición y la obesidad, mejorar la calidad de los alimentos que consumen todos los dominicanos, pero también incentivar el uso racional de la tierra para aumentar la producción agrícola local.

Además de eso, Valdez fue coordinadora del Frente Parlamentario por la Lucha Contra el Hambre, tanto en el país, que lo formó con en el Congreso de la República, como en América Latina y El Caribe.

“Fruto de esas luchas, cuando concluyo como parlamentaria, me invitan a ser Embajadora de Buena Voluntad de la FAO, eso lo hizo José Graziano da Silva, director general de esa organización internacional. En esa función la iniciativa que hemos impulsado son los Diálogos de la Generación Hambre Cero”, indica Valdez.

Estos diálogos, donde se comparten ideas y se asume el compromiso para erradicar el hambre, se han realizado hasta el momento en República Dominicana, Haití, Guatemala, El Salvador, México, Colombia, y Haití.

“Desde agricultores, personas con discapacidades, mujeres, todos participan en este espacio. El diálogo lo dirigimos nosotros, pero también varias organizaciones comunitarias con las que tenemos alianzas. Se ha estado haciendo en escuelas, iglesias, bateyes, y otros espacios”, resalta.

De acuerdo con Valdez, los objetivos de esta iniciativa son movilizar, sensibilizar y fomentar que personas, colectivos, académicos, organizaciones sociales, instituciones, legisladores y autoridades reflexionen sobre qué significa ser parte de la Generación Hambre Cero, qué limitaciones u obstáculos se tienen que superar y qué acciones y compromisos se pueden establecer para la erradicación del hambre con base a las metas de los ODS.

Los Diálogos de la Generación Hambre Cero también promueve la movilización y el compromiso del liderazgo político y social, así como incrementa el conocimiento de la ciudadanía sobre el derecho fundamental a la alimentación, que está alineado directamente con el Objetivo de Desarrollo Sostenible 2 de “Poner fin al hambre, lograr la seguridad alimentaria y la mejora de la nutrición y promover la agricultura sostenible”.

Desafíos identificados

A través de todos estos encuentros a nivel regional se han identificado las necesidades que más afectan a esas comunidades. “Los habitantes de estas zonas vulnerables se quejan de que no cuentan con un empleo digno que les permita tener un salario justo para obtener sus alimentos”, apunta Valdez.

“En otras situaciones, el planteamiento que sostienen es que si ellos tuvieran algunos recursos para poder realizar su proyecto de emprendimiento, pudieran desarrollar sus capacidades y generar recursos para la canasta básica. Además, encontramos en la mayoría de los casos que la mayoría de mujeres considera que no es rentable salir de sus campos a trabajar a la capital, ya que el dinero lo tendrían que traducir a pasaje diario, lo que les impide suplir otras necesidades”, explica. “Para superar esto y transformar el mundo hay que erradicar el hambre en el 2030”, puntualiza.

Alimentación sostenible

La iniciativa encabezada por Valdez también procura motivar la producción de alimentos enfocada en la sostenibilidad ambiental. “Es fundamental, porque es uno de los pilares para erradicar el hambre en el 2030. Hoy día se ha demostrado que no es posible avanzar hacia nuestro objetivo si no logramos que las formas de producción, especialmente en el campo, sean responsables y sostenibles. Es decir, que sea libre de productos nocivos para la salud de las personas y la tierra”.

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), puntualiza que este enfoque de producción protege y respeta la biodiversidad y los ecosistemas, son culturalmente aceptables, accesibles, económicamente justas y asequibles y nutricionalmente adecuadas, inocuas y saludables.

Procura que las mujeres reconozcan sus derechos

Otro de los temas que impulsa la excongresista es el desarrollo de los derechos de la mujer, en especial de las campesinas e indígenas. “El tema de la alimentación afecta a las mujeres, por eso en cada diálogo intentamos motivarlas a que entiendan que tienen derechos”, dice. Asegura que los efectos de esta problemática en las mujeres se pueden ver cuando estas asumen el rol histórica y culturalmente instruido por la sociedad, de la responsabilidad del hogar. “Es más difícil cuando la mujer tiene un compromiso labor, porque entonces trabaja el doble. Esto de alguna forma le impide conseguir los productos necesarios para la alimentación sana de ella y su familia”, señala Valdez, quien ha sido reconocida en varias ocasiones por sus esfuerzos. Recientemente, el Banco BHD León la seleccionó como una de las finalistas del Premio Mujeres que Cambian el Mundo 2018.

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