Piden intervención integral para frenar muertes maternas

La mortalidad materna es un problema de salud pública en el que inciden diversos factores de tipo cultural, social, económico y geográfico que debe ser abordado con políticas públicas

La mortalidad materna es un problema de salud pública en el que inciden diversos factores de tipo cultural, social, económico y geográfico que debe ser abordado con políticas públicas que no solo abarquen la mejora de la atención hospitalaria, sino también el acceso a información en salud sexual y reproductiva, la eliminación de estereotipos de género, entre otros aspectos.

Esa es una de las recomendaciones planteadas en el “Análisis de Género de la Mortalidad Materna en la República Dominicana”, elaborado por el Centro de Estudios de Género del Instituto Tecnológico de Santo Domingo (Intec), el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) y la Oficina de Equidad de Género y Desarrollo del Ministerio de Salud Pública.

Según la doctora Sheila Báez, autora del estudio, el Ministerio de Salud Pública debe desarrollar procesos de sensibilización y capacitación para las autoridades nacionales y el personal de salud en todos los niveles, sobre la importancia de integrar el análisis de género y las condiciones socioeconómicas de las mujeres en las historias clínicas.

Asimismo, garantizar el personal capacitado y suficiente para atender y orientar a las usuarias, así como el suministro continuo de medicamentos, insumos y equipos, acorde a las demandas de los centros de salud.

Velar por cumplimiento protocolos

Báez considera que es necesario fortalecer los mecanismos de supervisión y asegurar el manejo y cumplimiento de los protocolos de atención en salud, de manera que se garanticen su cumplimiento en la atención a las mujeres gestantes y al neonato; así como el correcto y completo llenado de la Historia Clínica Perinatal por parte del personal de salud.

Insiste en que las gerencias de área y las direcciones de los hospitales deben establecer mecanismos de monitoreo y evaluación de la calidad de la atención ofrecida por parte del personal de salud a usuarias de los servicios y de manera particular en la atención obstétrica.

En ese sentido, sugiere la aplicación de encuestas y otros instrumentos que midan la satisfacción de las usuarias y al mismo tiempo, desarrollar mecanismos para que ellas puedan conocer cuáles son sus derechos y cómo exigirlos, así como la forma de protegerse y denunciar la violencia obstétrica.

La especialista cree que es importante desplegar desde el Ministerio de Salud campañas informativas y educativas que promuevan la salud y los derechos sexuales y reproductivos de mujeres y hombres, a fin de que ambos asuman un rol activo en los procesos relacionados con la anticoncepción, el embarazo, el parto y el puerperio.

Reducir riesgos por aborto inseguro

Báez considera que integrar el tema del aborto en la agenda del Plan Estratégico Nacional para la Reducción de la Mortalidad Materna e Infantil es una tarea pendiente para el Ministerio, teniendo en cuenta que las complicaciones por aborto clandestino fueron las responsables de un 20% de las muertes maternas en el país.

En ese orden, llama a fortalecer las intervenciones relativas a los servicios de salud sexual y reproductiva en el primer nivel de atención, con miras a la reducción de los riesgos para la salud materna y de los abortos inducidos de forma clandestina e insegura ya que es el contexto desde donde se pueden identificar de manera precoz los signos de alarma que pudieran amenazar la salud y la vida de la mujer gestante.

De igual modo, la investigadora recomienda diseñar protocolos para los servicios de atención prenatal y postnatal, que permitan indagar acerca de los determinantes sociales de la vida de las mujeres, que resulten en la reducción del subregistro de complicaciones del embarazo relacionadas con la violencia, así como también sensibilizar y capacitar al personal de salud en la humanización de la atención obstétrica.

Promover la paternidad responsable

Para Báez es igualmente importante promocionar la participación igualitaria de hombres y mujeres en el trabajo doméstico no remunerado a fin de aligerar la sobrecarga de trabajo de las mujeres, y sobre todo para propiciar la construcción de un nuevo paradigma de corresponsabilidad en las tareas de cuidado de los hijos e hijas basado en la igualdad.

“Propiciar el involucramiento de los hombres en los procesos de salud reproductiva – desde la anticoncepción hasta el puerperio–, evidenciando la importancia de su rol y la forma en que condiciona los resultados, favorables o adversos, para la salud y vida de las mujeres y de sus hijos e hijas”, plantea.

Enfoque de género en la carrera de medicina

Otro de los planteamientos de la investigadora en el “Análisis de Género de la Mortalidad Materna en la República Dominicana” publicado en marzo pasado sugiere lo siguiente: “Integrar el enfoque de género en asignaturas del plan de estudios de la carrera de medicina, en particular la prevención y atención a la violencia obstétrica y estimular la investigación sobre la mortalidad materna desde el ámbito académico, observando las condiciones de desigualdad de las mujeres, a fin de trascender la mirada reduccionista del enfoque biologicista de la investigación, y aportar nuevos elementos que contribuyan a identificar cada uno de los factores sociales, culturales, económicos, políticos y de género que se interconectan para dar como resultado las muertes de mujeres en el proceso de dar la vida”.

Señala que atender estas recomendaciones para transformar la realidad requiere pensar en la deconstrucción del paradigma de la sexualidad erotizada o reproductiva, ya que constituyen barreras para el ejercicio de derechos de las mujeres.

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