El presidente como líder de la nación ha propiciado diálogo y la inclusión de los diversos sectores y actores cuando se ha necesitado

Si un término pudiese definir el estilo de gobierno del presidente Luis Abinader sería inclusivo. Sin tomar en cuenta los colores políticos, ni diferencias de ninguna índole, cuando hay una situación que amerita la unidad nacional, como principal líder de la nación, la propicia.

La muestra más reciente fue la convocatoria a los partidos políticos para poner en conocimiento a su dirigencia del impacto y las acciones de respuesta tras el paso del huracán Fiona desde la madrugada del lunes.

De hecho, el Poder Ejecutivo sometió un proyecto para declarar 45 días de emergencia a ocho provincias impactadas por el fenómeno, una ley que tendría el visto bueno de los legisladores de oposición, que manifestaron que respaldarán todas las iniciativas que beneficien a la gente.

Pero desde el inicio de su gobierno, ha sido su accionar. A dos semanas de haber sido juramentado presidente de la República, Abinader visitó a los principales líderes de oposición. En esa ocasión, buscó apoyo para enfrentar la pandemia del coronavirus y para designar figuras independientes de los partidos políticos para designarlas en la Junta Central Electoral, el Tribunal Superior Electoral y la Cámara de Cuentas.

Tras el agravamiento de la crisis haitiana, tras el asesinato del presidente Jovenel Moise, y la extensión de la violencia en ese país, el gobernante convocó a la dirigencia de los partidos políticos para abordar el problema de la vecina nación. Producto de eso se integró una mesa de seguimiento y se hizo una declaratoria conjunta.

Sobre ese mismo tema, el gobernante invitó a los representantes de los partidos políticos cuando dio el primer picazo para la construcción del muro en la frontera. En ese caso, los representantes de los partidos mayoritarios no asistieron al evento.

Al cumplir el primer año de gobierno, el presidente Abinader convocó un diálogo para 15 reformas en el seno del Consejo Económico y Social (CES).

La Ley 142/15, que instituye la entidad, establece que el CES está compuesto por una larga de lista de instituciones del Poder Ejecutivo y sociales en la que no figuran los partidos políticos. A pesar de eso, por iniciativa de Abinader, unas doce organizaciones partidistas que tienen representación congresual fueron incluidas en el diálogo de las reformas.


Otros diálogo propiciado por el mandatario

Otros temas en la que se ha observado una actitud de diálogo propiciado por el mandatario, ha sido para resolver conflictos con el Colegio Médico Dominicano (CMD) y la Asociación Dominicana de Profesores (ADP). Igualmente, con el sector sindical y patronal para lograr el aumento de salario del pasado año.
Y los disensos, ¿cómo los resuelve?

El presidente Abinader en algunos temas no ha logrado convencer a la clase política para que lo apoye. Un ejemplo es el proyecto de reforma constitucional que se discutió en el seno del CES, que tocaba 40 artículos de la Constitución de la República.

Esa iniciativa fue rechazada por los partidos de oposición, específicamente por la Fuerza del Pueblo (FP), el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) y el Partido Revolucionario Dominicano (PRD). Aunque Abinader y su gobierno han defendido la reforma a la Carta Magna, que tiene como base que el presidente de la República no designe al Procurador General de la República, el jefe de Estado la engavetó porque no logró el consenso requerido.

“Lo que ustedes puedan estar seguro es que yo no me voy a ir a una reforma constitucional que no sea de consenso de toda la asamblea; yo no voy a conquistar diputados ni senadores como hicieron en el pasado por medios no correctos”, expresó el gobernante cuando cerró el debate sobre la reforma.

Pero no todos los temas que no tienen el respaldo de los partidos políticos y otros sectores, Abinader opta por dejarlo sobre la mesa.

Fue el caso del proyecto de ley tasa cero para 67 productos que se aprobó con el rechazo de la oposición y la crítica de los sectores productivos. El proyecto, que libera de impuestos unos 67 productos de consumo masivo, fue promulgado el 26 de abril y tendrá una vigencia de seis meses.

Pero otras iniciativas, como la ley de ciberseguridad, el contrato de fideicomiso para la administración de la planta de generación eléctrica de Punta Catalina, así como el plan de reforma fiscal, fueron dejadas sin efecto por el gobernante ante la ola de críticas que generaron.


La relación política

A pesar de que tiene una actitud de consenso con sus adversarios políticos, el presidente Abinader ha emitido críticas a sus contrincantes. La ocasión en la que fue más duro en el lenguaje, fue en su discurso en Santiago al cumplir los dos años de gestión.

En clara alusión a los gobiernos de Leonel Fernández, se concentró en comparar los precios de construcción de obras como el Metro de Santo Domingo y la extensión que levanta para Los Alcarrizos.

En el caso del PLD, el ataque más importante desde el gobierno han sido los casos de corrupción. Los partidos de oposición han sido críticos del gobierno, pero siempre han acudido al diálogo.

En oposición, propició un espacio diálogo

Desde la oposición, Abinader fue un abanderado del diálogo. Cuando el país fue declarado en emergencia por el impacto de la pandemia del coronavirus instó al entonces presidente Danilo Medina a que convocara un diálogo para la unidad nacional, lo que no ocurrió.

Para entonces, Abinader era favorito para ganar las elecciones y propició en un espacio de consenso que contó con la participación de entidades como el Consejo Nacional de la Empresa Privada (Conep), la Asociación Nacional de Jóvenes Empresarios (Anje) y la Asociación de Industrias de la República Dominicana (AIRD), entre otras entidades de la sociedad civil.

Inclusión

Gobierno. Abinader ha afirmado, en varias ocasiones, que en su gobierno no se excluye a nadie y que todos tienen espacio.

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