Naciones Unidas. El canciller de República Dominicana, Roberto Álvarez, mostró este lunes ante el Consejo de Seguridad de la ONU su temor a que la crisis de seguridad y sanitaria en Haití desborde las fronteras. Respaldó el envío de una fuerza militar.
«Apelamos al Consejo de Seguridad a que utilice todos los recursos a su alcance para revertir el curso de esta situación y evitar de forma efectiva que desborde las fronteras de nuestro vecino país», dijo.
Posición de EE.UU.
Álvarez fue invitado a intervenir en una reunión sobre la situación en Haití en la que Estados Unidos insistió en que prepara junto a México dos resoluciones.
La primera, para permitir una intervención militar ajena a la ONU en respuesta al llamado del primer ministro haitiano Ariel Henry.
La segunda para imponer sanciones y un embargo de armas a los grupos armados que controlan parte de la capital y bloquean instalaciones.
Álvarez insistió en el apoyo de Santo Domingo a una intervención: «Es legítimo esperar que el Consejo de Seguridad responda favorablemente a las repetidas solicitudes de acción», indicó.
«En particular a las de la propias autoridades haitianas (…) de asistencia urgente para frenar los excesos, tropelías y crímenes de las pandillas armadas», añadió.
«Apoyamos un régimen de sanciones y de embargo de armas contra individuos e instituciones tal y como ya hizo nuestro Gobierno», agregó el ministro.
Brote de cólera
Por otra parte, ante la expansión del brote de cólera en Haití, el alto funcionario lo calificó de «situación sanitaria alarmante». Álvarez insistió en que RD está tomando medidas «para prevenir a la población dominicana de esa amenaza sanitaria».
El portavoz de la ONU Stéphane Dujarric recordó este lunes que, con fecha del 15 de octubre, el Ministerio de Sanidad haitiano confirmó 66 casos de cólera. También notificó 564 casos sospechosos y 22 muertes por la enfermedad.
Además de estos casos, en la prisión de Puerto Príncipe se han detectado 271 casos sospechosos, 12 confirmados y 14 muertes.
En la reunión de este lunes del Consejo de Seguridad, las potencias occidentales, con Estados Unidos a la cabeza, abogaron por la imposición de sanciones y el envío de una fuerza militar.
China y Rusia, si bien no mostraron su rechazo frontal, sí plantearon sus reservas sobre esta opción y Rusia, en especial, a la posibilidad de imponer sanciones.
