Las seis fórmulas más usadas en la agricultura dominicana también se han disparado en su cotización, un elemento que coloca una nueva carga encima de un sector que de alguna manera ha sido afectado por la pandemia de covid-19.

Viene sufriendo especialmente desde que el mercado local y de exportación se estrechó, las ventas se contrajeron y los costos se movieron hacia arriba por las medidas restrictivas que implementó el mundo para contener la expansión del virus.

Por ejemplo, el quintal de abono 15-15-15 o triple quince, costaba hace un tiempo 1,700 pesos y actualmente se cotiza a razón de 2,370, para una diferencia absoluta de 670 pesos y porcentual de 39.4 %. El quintal de urea pasó de 1,800 a 2,420 pesos (+34.4 %). Mientras, el urea se incrementó de 1,365 pesos a 1,965, para un incremento de 43.9 %, y la fórmula 20-5- 20 se elevó de 1,880 a 2,380 pesos, para un alza de 26.5 %. En el caso del sulfato granulado, su precio pasó de 935 a 1,535, para un aumento de 64.1 %, y el sulfato mezcla pasó de 820 a 1,420, con un aumento de 73.1 %.

La urea es un componente fundamental para los fertilizantes que se usan a nivel global en distintos cultivos. Es el fertilizante más popular; es el segundo sólido granulado de mayor concentración de nitrógeno, un componente que a su vez es esencial en las plantas.

El sulfato granulado es un fertilizante que aporta nitrógeno y azufre de rápida disponibilidad para las plantas, pudiendo ser usado como fertilizante simple –per se- o en mezclas.

El abono triple 15 es un fertilizante complejo granular con los tres elementos mayores contenido en un solo grano (nitrógeno 15 %, fósforo 15 %, potasio 15 %). Aporta los macronutrientes en forma granular o disuelto. Puede ser aplicado en diversos tipos de cultivos y en diferentes etapas de desarrollo, incluyendo papa, maíz, café, arroz, frutales y hortalizas.

Los números que generalmente aparecen en las fórmulas y que pueden leerse a simple vista representan el porcentaje de nitrógeno, fósforo y potasio, respectivamente. Se denominan macro nutrientes. En ocasiones se le agregan micronutrientes como magnesio, manganeso o zinc, de acuerdo a las deficiencias del suelo y los requerimientos del cultivo.

En noviembre de 2021, el presidente Luis Abinader dispuso la creación de un fondo de aproximadamente 1,600 millones de pesos para subsidiar el precio de los principales fertilizantes utilizados en el país, debido al alza internacional y su impacto en la producción nacional.

Para entonces, el jefe de Estado resaltó que debido al apoyo que se le ha dado al sector productivo en su gestión se han logrado cosechas récord en los diferentes rubros que componen la canasta familiar. En ese momento no se contaba con la situación de conflicto que hay actualmente entre Rusia y Ucrania, que abre un nuevo frente de complejidad a la situación, que de por sí ya era preocupante.

El apoyo anunciado en noviembre del pasado año 2021 consistió, en la preparación de terrenos, la asistencia técnica, subsidios de semillas, arado y financiamiento, entre otros.

Más recientemente, el día 7 de marzo de este año anunció que el Gobierno asumirá, durante cuatro meses, nuevos subsidios para los combustibles y enviará de urgencia un proyecto de ley al Congreso Nacional para reducir a cero por ciento los aranceles aplicados en frontera a la importación de los productos más importantes de la canasta básica. Esta última parte ha generado reacciones en contra desde el sector productivo local, que entiende le afectará.

El Gobierno ha tomado medidas para acompañar

El jefe de Estado ha prometido que durante cuatro meses los precios de los combustibles no variarán, siempre y cuando el barril se mantenga con precios entre 85 y 115 dólares. Sin embargo, de sobrepasar esa media, como ha estado ocurriendo varios días esta semana, el Gobierno no aplicará el impuesto ad-valorem al precio final de los derivados del petróleo.

Ayer, el precio del petróleo intermedio de Texas (WTI), que es referencia para el caso dominicano, bajó 12.1 % y se situó en 108.70 dólares el barril.

Este país padece una alta dependencia de la materia prima necesaria para la fabricación del producto acabado de fertilizantes y, en gran medida, de las importaciones. Así está planteado en el estudio “El mercado de fertilizantes en República Dominicana Diciembre 2015”, realizado por Svetlana Alekhina, bajo la supervisión de la Oficina Económica y Comercial de la Embajada de España en Santo Domingo.

Para entonces (es posible que eso haya variado porque pasaron seis años desde esa publicación) el consumo de fertilizantes era y el país se encontraba en el noveno lugar entre 15 países centroamericanos y caribeños, detrás de Honduras (88 kilogramos por hectárea cultivable) y Panamá (83 kilogramos).

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