Se estima que después de los sectores gubernamentales y financieros, el educativo es el más vulnerable a recibir ataques informáticos.
Y no es para menos, en un mundo académico cada vez más interconectado que exige redes wifi abiertas y que libros, contenidos, servicios e incluso, asignaturas sean ofrecidos en versión digital para estudiantes que pasan alrededor de 140 horas a la semana conectados a sus dispositivos móviles.
Al explicar los retos y particularidades de la ciberseguridad del sector educativo, el gerente de Ingeniería de la empresa Fortinet para el Caribe, Layard Terrero, manifestó que los colegios y universidades se han convertido en objetivos de alto valor para los ciberdelincuentes debido a que almacena información personal, de salud, financiera, e incluso de los estudiantes de nuevo ingreso.
Estas instituciones también pueden ver comprometido el derecho de autor de sus investigaciones.
Durante un almuerzo con periodistas, el experto informó que con la monetización de la información para su uso en aplicaciones y redes sociales, en países como Estados Unidos el valor de un expediente académico se estima en US$246, sólo por detrás de los registros de salud y bancario. El valor del historial clínico se estima en US$408, por encima incluso que el récord financiero.
Terrero insiste en que las universidades deben tomar medidas de manera proactiva para proteger la seguridad de su base de datos para salvaguardar su reputación, como ha hecho la Universidad Tecnológica de Santiago (Utesa).
El Vicecanciller de Gestión de la Calidad, Innovación y Tecnología de Utesa, Frank Rodríguez, explicó que una de las medidas tomadas por esa academia es dar inducción informática a sus colaboradores a fin de evitar que acciones tan sencillas como enviar correos electrónicos masivos mostrando las direcciones de los destinatarios, sean aprovechadas por los hackers para construir un esquema informativo de sus posibles víctimas a partir de la información proporcionada en las redes sociales.
En ese orden, dijo que es prácticamente imposible bloquear el acceso a las redes sociales en las universidades cuando se intenta elevar el emprendedurismo, los proyectos de investigación e innovación en entornos compartidos e intercambiables.
