A un año y 19 días para las elecciones presidenciales, los tres proyectos mueven piezas y afinan el relato de la campaña

A un año y 19 días para las elecciones presidenciales del 19 de mayo de 2024, los tres principales proyectos políticos juegan sus mejores cartas, los de oposición para quitar de la silla presidencial a Luis Abinader, y el presidente de la República para asegurársela por cuatro años más.

La estrategia del presidente Luis Abinader y del Partido Revolucionario Moderno (PRM) quedó clara en su discurso del pasado 27 de febrero y ratificada en el tiempo transcurrido desde la fecha. Es el relato de bienestar económico que afirma hay en su gestión comparado con el 2011, el último año de gobierno de Leonel Fernández, hasta ahora su principal rival de oposición.

La ausencia en su discurso del tema de la corrupción y la transparencia en su gobierno, es un indicador de que el tópico de la honestidad entre el principal oponente de oposición y el jefe de Estado será un tema presente en la campaña electoral.

El relato comunicacional del oficialismo está claro. Con Héctor Valdez Albizu, gobernador del Banco Central, figura clave en la estabilidad y crecimiento económico de los gobiernos del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), como principal vocero del bienestar económico, es una batalla que parece ganada.

Es creíble, porque es el mismo que sirvió durante 16 años seguidos de la bonanza económica del PLD, que hoy reivindican tanto el partido morado como la Fuerza del Pueblo (FP).

Para difundir el mensaje comunicacional principal, el Gobierno cuenta con una amplia plataforma de medios y voceros, tanto tradicionales como nuevas plataformas de redes sociales.

El otro punto sensible que entra en la estrategia de Abinader es el tema de la transparencia y la corrupción. Estratégicamente, el gobernante los sacó de su discurso, lo que dista de la estrategia inicial. Parece que el viraje consiste en dejarlo de nuevo en manos de la sociedad civil, un mecanismo que apunta a retener ese voto que lo apoyó en 2020.

De hecho, los grupos contra la corrupción y el fin de la impunidad hicieron una marcha de apoyo al Ministerio Público con un cambio de color, dejaron el verde, que ahora es de Leonel Fernández y su partido, y asumieron el azul.

El presidente Abinader, en el año que falta para las votaciones, tendrá que aprovechar los primeros nueve meses para inaugurar obras y así contrarrestar el discurso de la oposición de mucho “pico y pala” y poca tijera.

De hecho, el presidente Abinader inaugura hoy el teleférico de Los Alcarrizos.

Desde la organización, el partido oficialista tiene una ofensiva de conquista de dirigentes de la oposición que ha tenido a los alcaldes electos en la boleta de los opositores como principal atractivo. Igualmente, desarrolla un plan nacional de afiliación de tres millones.

Recientemente, el PRM informó que como parte de ese proyecto ha sumado 350 mil nuevos militantes.

Leonel debe “despertar” pueblo

La Fuerza del Pueblo (FP), el partido más joven del sistema, tiene un recurso intangible de valor incalculable para las luchas políticas o de cualquier naturaleza: la determinación de su líder, Leonel Fernández, de ganar las elecciones.

El otro factor tan importante como el anterior, es que las tropas lucen con tanto o más entusiasmo que el líder para lograr el propósito. Esa realidad ha convertido ese proyecto político en el más compacto para el 2024.

El partido verde ya ganó la primera batalla en la guerra de 2024. Venció el relato de que era un partido con gran líder, pero sin estructuras, un discurso que fue promovido tanto por el PLD como por el PRM. Ya pocos adversarios a la FP repiten lo que la realidad desmiente y la campaña luce cada vez más polarizada entre Fernández y Abinader.

Leonel logró esa primera victoria con la estrategia, una meta de dos millones de afiliados, que además de posicionar en la mente de la gente un número grande desde el punto de vista electoral, mantiene movilizada a la militancia.

Concomitantemente, Fernández ha tenido una activa participación en los distintos medios de comunicación y un uso cada vez más frecuente de las redes sociales. Lo que, en un primer momento, le dio ventaja frente al PLD, el primer adversario a vencer, pues debía desplazarlo del segundo lugar.

A la estrategia de la afiliación, el partido verde sumó las marchas que encabeza el propio Fernández. La primera fue en enero por el Día de la Juventud, la segunda en marzo por el Día Internacional de la Mujer y mañana tendrán la tercera. Bautizada como una marcha de trabajadores que arrastra el tema del costo de la canasta familiar.

Fernández, convencido del impacto político que tiene el Banco Central con la narrativa del bienestar, ha enfrentado el tema. Pero es una lucha desigual, que será su principal reto en poco más de un año que resta de campaña.

El desafío de Fernández y la FP para seguir avanzando electoralmente, es lograr que la población “pase sin anestesia” la crisis económica y su impacto en el precio de los productos de consumo. Tendrán que llevar al terreno del debate que el bienestar de la macroeconomía dista mucho de la situación personal de los ciudadanos. Hasta ahora esa batalla luce a favor del Gobierno.

PLD necesita estrategia para seguir luchando

El PLD desarrolló una estrategia hasta octubre del pasado año, que hasta que llegó el desenlace parecía correcta. Adelantar la elección de la candidatura presidencial, para que esa figura pueda avanzar para competir con dos pesos pesados como Luis Abinader y Leonel Fernández. Esa etapa concluyó el 16 de octubre del 2022 con la elección de Abel Martínez como candidato presidencial. Hasta ahí todo fue exitoso, la propia organización de la consulta hasta la aceptación de los resultados por parte de Margarita Cedeño y Francisco Domínguez Brito. Abel Martínez venció con alto porcentaje de 67%. Sin embargo, el resultado de esa primera etapa de la estrategia del PLD no ha sido el esperado. Esa organización luce rezagada y no avanzó como se pensaba tras la definición de la candidatura presidencial. Luego de eso continuaron las renuncias de dirigentes de distintos niveles y se ve atrasado en el debate nacional. El partido morado no tiene una estrategia clara del camino que seguirá para ganar en 2024. Además ha estado golpeado por la acusación a miembros de la cúpula de actos de corrupción y la salida del escenario de Danilo Medina por enfermedad.

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