FOTO: FUENTE EXTERNA
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El surgimiento del coronavirus en 2020 generó confinamientos masivos en gran parte de los países del mundo, con diferentes duraciones. Ese tipo de restricción llevó al cambio de la temporalidad de la circulación de otros virus respiratorios, como el virus de la influenza que causa la gripe, o el virus sincicial respiratorio (VSR), responsable de la bronquiolitis.

Y el común denominador en todos los países del mundo fue que tras la liberación de las restricciones de movilidad, varios virus respiratorios comenzaron a circular fuera de su época habitual y con una intensidad y severidad más notoria, dado que muchos recién nacidos no estuvieron en contacto con estos patógenos para generar defensas naturales.

Así, el virus de la gripe volvió a circular con un comportamiento inusual: se registran más casos fuera de la época habitual, antes de la pandemia, según advirtió la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria (AAMR).

Las enfermedades respiratorias suponen, según datos de la Organización Mundial de la Salud, una inmensa carga sanitaria a nivel mundial. Así, desde mediados del 2021, médicos e investigadores a nivel internacional comenzaron a emitir opiniones acerca del efecto colateral de las estrictas medidas implementadas para contener a COVID-19.

En julio del 2022 una publicación en The Lancet, liderada por el doctor Kevin Messacar de la Facultad de Medicina de la University of Colorado Boulder, en Denver, Estados Unidos, cobró relevancia y dio notoriedad al fenómeno. En la publicación, el especialista junto a un grupo de expertos, indicaban como la disminución a la exposición a virus endémicos había dado lugar a una brecha inmunitaria. Es decir que, es un fenómeno asociado, principalmente, al aislamiento que se dio para prevenir las infecciones por SARS-CoV-2.

“Se están observando algunas variaciones de las formas de presentación en distintas partes del mundo, como el resurgimiento de las infecciones por virus sincicial respiratorio fuera de su período estacional, o un aumento en el número de internaciones de niños de mayor edad con cuadros respiratorios graves ‘no bronquiolitis’”, afirmó la doctora Susana Rodríguez, del Hospital de Pediatría Dr. Juan P. Garrahan de Buenos Aires.

En tanto, la doctora Ángela Gentile (MN 49908), jefa de Epidemiología de ese hospital y ex presidente de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) precisó a Infobae que “el brote de bronquiolitis se adelantó este año y estamos en un pico elevado. A partir de la circulación del COVID-19 hace tres años, cambió la estacionalidad de varios virus respiratorios, incluido el VSR. Y los menores de 5 años han estado con poco contacto o ninguno con el VSR, por lo que estamos viendo más afectados por no estar expuestos previamente ya que el coronavirus desplazó otras enfermedades”.

“Ante el aumento de la circulación de los virus respiratorios y el consecuente incremento de las consultas por infecciones respiratorias que se producen con la llegada del frío, el ministerio de Salud de la Nación lleva adelante acciones en forma articulada con la provincia de Buenos Aires y la Ciudad de Buenos Aires para reforzar la contención del brote. En ese marco, la cartera sanitaria nacional destaca la importancia de las medidas de cuidado y prevención frente a este tipo de virus respiratorios que son causantes de neumonías y bronquiolitis, especialmente en niñas y niños menores de 4 años”, emitió en una recomendación el Ministerio de Salud de la Nación días atrás.

Según la cartera sanitaria nacional, “la mayor incidencia de las infecciones respiratorias se explica también por el desplazamiento que han sufrido en los años anteriores a raíz del SARSCoV-2. En Argentina, como a nivel global, la circulación de influenza y de otros virus se interrumpió con la llegada de la pandemia por COVID-19, especialmente durante los años 2020 y 2021. Luego de este período, el virus de la gripe volvió a circular con un comportamiento inusual, por lo que resulta importante que las personas que presenten algún factor de riesgo se vacunen oportunamente, idealmente antes del comienzo del invierno”.

Bronquiolitis en ascenso

Los casos de bronquiolitis en Argentina se encuentran en ascenso y ya superan en un 73,56% a los niveles prepandemia de 2019, que fue el año con el mayor número afectados. Esta información surge del último Boletín Epidemiológico emitido por el Ministerio de Salud nacional.

“El número de notificaciones de bronquiolitis en menores de dos años entre las semanas 1 y 20 del año 2023 en establecimientos con regularidad mayor al 90% muestran un aumento progresivo desde la semana 11 (19 de marzo) que se acelera en las últimas semanas”, ampliaron. Incluso, señalaron que el incremento “se verifica particularmente entre las semanas 15 y 20″.

Este panorama produjo, según datos a los que tuvo acceso Infobae, una gran demanda en las salas de espera de distintos hospitales del Área Metropolitana de Buenos Aires, al tiempo que la ocupación de las camas pediátricas supera el 70% en algunos nosocomios.

En tanto, Francisco Nacinovich, jefe de infectología del ICBA y de Centros Stamboulián y miembro de SADI, enfatizó en que las próximas semanas habrá temperaturas más bajas en el país. Por lo cual hay más riesgo de más casos de gripe y otras enfermedades respiratorias, porque más porcentaje de la población se encuentra en lugares cerrados sin ventilación.

Al respecto, la secretaria de Acceso a la Salud de la Nación, Sandra Tirado, profundizó: “Estamos siguiendo la situación de bronquiolitis en el AMBA y sabemos que va a empezar en otras provincias. Epidemiológicamente tuvimos una situación distinta durante los años anteriores porque el COVID reemplazó a otros virus y ahora estamos con esta gran circulación”.

“Analizamos lo que está pasando en la provincia de Buenos Aires y CABA -siguió la funcionaria-, evaluamos las estrategias de un hospital tan significativo como el Garrahan, y dialogamos sobre lo que estamos realizando desde el Ministerio de Salud de la Nación en el marco de la campaña de invierno junto a las 24 jurisdicciones. Al mismo tiempo reiteramos la importancia de continuar con la vacunación antigripal en los grupos priorizados”.

Por su parte, Analía Rearte, directora Nacional de Epidemiología e Información Estratégica, postuló: “Mientras circuló SARS-CoV-2, la aparición de otros virus respiratorios fue más baja, casi nula. A medida que dejó de circular de manera predominante SARS-CoV-2, empezaron a circular otros virus respiratorios. En el 2022 tuvimos circulación de muchos virus respiratorios de una manera bastante anárquica, y no dentro de la estacionalidad a la que estábamos acostumbrados, con dos picos de influenza en el año, con mucha circulación de sincicial, de metapneumovirus, de parainfluenza”.

“Este año lo que estamos viendo es que empezó a circular primeramente y en mayor medida virus sincicial respiratorio, principalmente en el AMBA, pero también en otras provincias de la región Centro. La característica que tiene es que se adelantó entre 3 y 4 semanas a la estacionalidad que tenía, si comparamos con los años prepandemia. Lo que tenemos es una circulación adelantada, y siempre que tenemos virus sincicial respiratorio se ocasionan las internaciones por bronquiolitis, principalmente en menores de 2 años”, siguió Rearte.

Anteriormente, la doctora Leda Guzzi, integrante de la comisión de Comunicación de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI), le había dicho a Infobae: “Es importante contextualizar que durante la pandemia por COVID-19 hubo una caída muy pronunciada en la circulación de virus y bacterias respiratorias (entre ellos, el virus de la influenza, el virus sincicial respiratorio, el metapneumovirus y también el neumococo, que es una bacteria)”.

“Esto fue especialmente marcado durante el 2020 pero también en 2021 y es atribuible a las medidas aplicadas a gran escala para el control y mitigación de la pandemia, esto es los confinamientos, el uso de barbijo, la distancia social y la ventilación”, resaltó la experta.

Aumento de la gripe en 2022

Lo que ocurre en la actualidad con la bronquiolitis no es la primera experiencia nacional sobre el impacto de este fenómeno. Durante el 2022, Argentina presentó un récord de casos de gripe, con un total de cerca de 1.300.000 de casos. Esto se debió a que durante 2022 se pudo identificar un comportamiento inusual en la estacionalidad, donde la circulación del virus se extendió tanto en verano como en primavera.

“La pandemia generó una alteración de la circulación de todos los virus respiratorios, incluyendo el de influenza, con un exceso de circulación en 2022 y una disminución en lo que va de este año”, afirmó a Infobae Pablo Bonvehí, ex presidente de la Sociedad Argentina de Infectología.

La gripe puede incrementar el riesgo de sufrir un accidente cerebro vascular o neumonía hasta 8 veces, y un infarto de miocardio hasta 10 veces. Un estudio del 2018 demostró que, entre los adultos hospitalizados por gripe, los pacientes vacunados tenían 59% menos de probabilidades de ingresar a una unidad de cuidados intensivos en relación con los no vacunados.

“Creo que hay que esperar, porque al alteración generada por la pandemia tal vez se refleje en una circulación tardía y a lo mejor baja este año. Hay que tener una perspectiva más adelante para ver qué pasa este año. Yo no descuidaría la prevención a través de la vacuna”, dijo Bonvehí.

La vacunación antigripal es especialmente importante para las personas que corren mayor riesgo de presentar complicaciones graves por gripe/influenza: personal de salud, mayores de 65 años de edad, bebés y niños de entre 6 y 24 meses, embarazadas y puérperas, personas de entre 2 y 64 años con factores de riesgo tales como obesidad, diabetes, enfermedades respiratorias (con mayor evidencia A para asma y EPOC), enfermedades cardíacas, inmunodeficiencias congénitas o adquiridas, pacientes oncohematológicos, trasplantados y/o personas con insuficiencia renal crónica en diálisis, entre otros; y personal estratégico.

Cuál es la situación del Metapneumovirus

Tres años después del COVID, los casos de metapneumovirus humano (HMPV) pusieron en alerta este invierno boreal a las autoridades sanitarias de Estados Unidos. Es que los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) informaron que los contagios aumentaron durante la primavera boreal, con un 11% de positividad en las pruebas PCR realizadas.

“La circulación del metapneumovirus humano (HMPV) disminuyó en marzo de 2020 y permaneció baja hasta mayo de 2021″, señalaron desde los CDC. ¿Por qué? “Porque la pandemia de COVID-19 y la posterior implementación de intervenciones no farmacéuticas (suspensión de viajes globales, uso de mascarillas, distanciamiento físico y quedarse en casa) redujeron la transmisión de estos patógenos respiratorios virales”, profundizaron.

De acuerdo a lo informado en un artículo científico por John Williams, profesor de pediatría y genética molecular en la Universidad de Pittsburgh, las unidades de cuidados intensivos “se están llenando” con casos confirmados de HMPV. “El HMPV puede causar enfermedades de las vías respiratorias superiores e inferiores en personas de todas las edades, especialmente en niños pequeños, adultos mayores y personas con sistemas inmunitarios debilitados”, informaron las autoridades estadounidenses.

Actualmente, no hay vacunas o terapias antivirales para los casos de metapneumovirus humano, por lo que el abordaje médico apunta específicamente a combatir los síntomas.

Según el último Boletín Epidemiológico de la Argentina, también durante 2022 se registró “un comportamiento inusual tanto en la estacionalidad y número de casos”. En ese mismo periodo, la distribución de otros virus respiratorios, “fundamentalmente de metapneumovirus, registró una elevada frecuencia absoluta y relativa entre las semanas 16 y hasta la 26/2022″. Es por eso que los expertos alertaron sobre la importancia de mantener las medidas de cuidado.

Sobre esta situación, el médico infectólogo Rogelio Pizzi, Decano Facultad Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), le había señalado a Infobae: “Se trata de una enfermedad viral y hubo un pico en Estados Unidos que afectó especialmente a los niños. El problema es que no solo sea en niños sino en aquellos chicos inmunodeprimidos o en personas mayores en las cuales su estado inmunológico va en declive. O también en pacientes con comorbilidades como las cardiopatías, las enfermedades crónicas y el asma”.

“El HMPV se da generalmente en invierno y en primavera -siguió Pizzi- y se detectó que es la segunda causa de infecciones respiratorias en niños, sobre todo a los 5 años. Otra característica es que es muy similar biológicamente a otros virus de la infancia. En 2001, se estudió que proviene de un virus aviar, o sea que es una enfermedad zoonótica que se adaptó a los seres humanos. Hay que seguir cuidándonos con medidas preventivas como un buen lavado de manos, la utilización de barbijo en estas épocas y evitar los lugares cerrados”.

La vacunación, un freno ante el aumento de las enfermedades respiratorias

Es por eso que desde el 17 de marzo pasado la campaña de vacunación antigripal cobró importancia, con el fin de disminuir las complicaciones graves, hospitalizaciones y muertes relacionadas a esta enfermedad. La misma está dirigida a personal de salud, personas gestantes (en cualquier momento del embarazo), personas puérperas (antes del egreso de la maternidad), niñas y niños de 6 a 24 meses de edad, personas de 2 a 64 años con factores de riesgo, población general a partir de los 65 años.

La vacuna antigripal, disponible de forma gratuita en todos los vacunatorios y hospitales públicos del país, se puede coadministrar junto con las otras vacunas del Calendario Nacional y con la vacuna contra la COVID-19. Cuando se concurra, se sugiere llevar el carnet para que pueda ser chequeado y se completen los esquemas de todas las vacunas en caso de corresponder.

Según los expertos, las Infecciones Respiratorias Agudas Bajas (IRAB) son enfermedades que afectan a los oídos, nariz y garganta hasta los pulmones. Son ocasionadas en su mayoría por virus, aunque también pueden ser bacterias o parásitos, que se transmiten de persona a persona a través de las gotitas de saliva que expulsamos al toser o estornudar.

También puede ser por contacto con superficies contaminadas como son manijas de las puertas, barandas del transporte público, mesas o escritorio, entre otros. Generalmente no requieren de antibióticos para su tratamiento y no suelen durar más de 15 días.

Desde la cartera sanitaria nacional se remarca la importancia de tomar medidas preventivas como la ventilación de los espacios cerrados y el lavado de manos; no concurrir a los lugares de trabajo o escuela si presentan síntomas; y consultar al equipo de salud ante la aparición de los primeros síntomas, especialmente, en personas recién nacidas y niñeces de mayor riesgo.

Los síntomas más comunes son: dificultad para respirar, agitación, fiebre mayor a 38 grados, tos, congestión nasal, conjuntivitis, dolor de garganta, de cabeza y muscular.

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