El pedido para que “abran la economía” se amplía

Un exgobernador del Banco Central, una  parte del sindicalismo y representantes del ramo mipyme favorecen que paso a paso la economía local vaya reabriéndose, mientras un ala que representa a los trabajadores prefiere que el país se aguante más.

En la semana que transcurre desde diversos lados del sector productivo se viene formulando un pedido similar, en la dirección de que –guardando los controles y el cuidado, para evitar una mayor propagación del coronavirus (Covid-19)- se vaya dando paso a las labores y operaciones en distintas empresas.

La Asociación Dominicana de Empresas de Inversión Extranjera (ASIEX) planteó que está en disposición de trabajar de la mano con las autoridades para compartir las mejores prácticas internacionales del sector industrial en materia de higiene, salud y seguridad, así como la experiencia multinacional que se ha vivido en otros países que están implantando medidas de reapertura de economías, aprovechando la presencia en múltiples mercados y sectores de servicios y producción.

Hasta ahora han estado en actividad renglones como el de alimentos y distribución de alimentos, los supermercados, colmados, seguridad, canteras y minas, farmacias, gasolineras, agroindustrias, empresas de medicamentos y productos de higiene,  agricultores, procesadores de arroz, el sector financiero, los generadores de energía, las telecomunicaciones y el de taxis. Aunque ayer jueves, al recorrer distintos espacios del Distrito Nacional y la provincia Santo Domingo daba la impresión de que  todo volvió a la normalidad, a juzgar por la cantidad de vehículos, personas en las vías públicas  y negocios que -si se parte de que no son vitales en estos momentos- no deberían estar funcionando.

El economista Guillermo Caram, exgobernador del Banco Central, le dijo  al periódico El Día, que “seguir manteniendo prohibiciones operacionales carece de sentido, ante logros del Banco Central, como también de los esfuerzos que esa entidad ha realizado para poner a disposición RD$100 mil millones para activar la economía.

Indicó que no se puede activar la economía con prohibiciones para que las empresas puedan operar.

Desde el punto de vista de Caram, si no se permite la reapertura, el dinero se quedará en los bancos o se destinarán a refinanciamientos empresariales, inundando de pesos el mercado potencialmente buscador de dólares, deteriorando la tasa de cambio.

Mientras, Rafael –Pepe- Abreu, presidente de la Confederación Nacional de la Unidad Sindical (CNUS) hizo este jueves una especie de conteo con sus compañeros y dijo que solo observó que solo ha habido tres o cuatro personas contaminadas con el virus, entre miles de gente en distintas empresas.  “Eso quiere decir que si hay procesos de trabajo y conciencia de la gente y no se deja solo a responsabilidad de la autoridad, entonces es factible comenzar a abrir la economía por parte”, planteó, el representante de los trabajadores.

Sin embargo, Jacobo Ramos, que representa otra ala dentro del sindicalismo, opina que antes que pensar en abrir el país, hay que llevarse de las recomendaciones dadas por los organismos de salud, que van en la dirección de que se espere más.

Hay pequeñas industrias, como la de pan, que este mes no podrán pagar ni un 50 ni un 25% si quiera”, ha advertido la Unión de Medianos y Pequeños Empresarios de la Harina (Umphy).

“No creemos que ahora mismo el país esté en condiciones para hacer la apertura de los diferentes sectores productivos. Señores, en República Dominicana no hemos llegado ni siquiera a la meseta de la enfermedad, y ya estamos pidiendo que el país se abra. Cada día aquí se están reportando más casos de personas afectadas por el Coronavirus. Creo que hay que tener un poco más de paciencia. Ustedes vieron que el Gobierno pidió 25 días para las medidas de contención y en el Congreso solo le aprobaron 17. Yo pienso que hay que seguir esperando. No hay capacidad para aguantar un rebrote de la enfermedad, que pueda surgir como consecuencia de que no guardemos las medidas sugeridas”, expuso. Ramos es secretario general de la Confederación Nacional de Trabajadores Dominicanos (CNTD),

Pepe Abreu sostuvo que hay muchos sectores de la industria dominicana que se han mantenido produciendo y laborando pero lo hacen sobre la base del cuidado y el distanciamiento físico para evitar las aglomeraciones y estableciendo cierto nivel de seguridad a los trabajadores, que incluye hasta una distribución por área que permita esa expansión entre un turno y otro.

Desde su punto de vista, si se tiene que abrir, por ejemplo, el sector de las ferreterías, entonces la asociación que agrupa a ese sector tiene que hacerse responsable de que los empleados tengan control de su público. Y lo propio si se abren salones y peluquerías. Sus propietarios tienen que asumir responsabilidades de cuidado y control de sus socios y clientes.

“Esto no debe limitarse solo a control de si hay o no policía, sino que hay que seguir apelando al nivel de conciencia de la gente”.

Sostuvo que en el país hay muchos empleos formales no registrados, que no están seguridad social, ni se rigen por el Código de Trabajo. “Son personas que trabajan pagadas a veces por el servicio que prestan o ganan por comisión. Ellos mismos, esas personas, a veces tienen un nivel de ingreso que supera el de trabajador formal. Entonces, no se consideran pobres; no tienen tarjeta de Solidaridad, ni de bono luz, ni de bono gas porque ellos producen para ellos mismos y sus familias. Ahora mismo toda esa gente está fuera de los programas de ayuda del Gobierno, pero esas personas tienen un alto nivel de demanda, por préstamos que han hecho, pago de casa, de energía eléctrica, medicinas, artículos de limpieza, escolaridad, y otros y no hay quien responda a eso. El gobierno, por más que quiera no puede responder a todo eso”, advirtió.

Y agregó: “Hay choferes, transportistas, en general y otros, que no encuentran qué hacer para resolver sus necesidades. Yo creo que es peligroso, peligrosísimo que haya un caldo de cultivo que fomente en un momento dado que esta gente rompa por sí mismos, por fuerza, por gravedad, el estado de situación, de pandemia que se ha visto la autoridad obligada a crear. Pero también la autoridad tiene que medir las consecuencias de las acciones para ir liberando fuentes de la economía con cierto orden. Pero deben irlas liberando para que la gente comience a producir”, indicó.

De acuerdo con datos del Ministerio de Trabajo, hay 50,807 empresas que solicitaron ser incluidas en el Fondo de Asistencia Solidaria al Empleado  (FASE) del Gobierno, hay solicitudes de suspensión de empleados que suman 84,802, los trabajadores afectados suman hasta el jueves en la mañana 846,549, mientras que los trabajadores registrados en FASE son 765,000. Las cifras oficiales indican que los trabajadores aprobados en FASE suman 633,715 y los rechazados (porque no aplican) 115,439. Los trabajadores pendientes en son 485.

 

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