La Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) acogió hace casi un mes a 20 mil nuevos estudiantes en medio de serias precariedades que viene arrastrando desde hace años, sin que ningún rector pueda anotarse una victoria.
La entrada de esos alumnos implica un reto para la academia, pues la mayor queja de la Federación de Estudiantes Dominicanos (FED) es precisamente la falta de profesores, de butacas y de las aulas de la Facultad de Humanidades que en diciembre cumplirá un año de ser intervenida.
Y seguimos sumando problemas: los profesores mantienen una lucha para que, entre otros puntos, la academia le otorgue un 40% de aumento salarial. Se trata de varias demandas que podrían provocar “paralizaciones escalonadas, por centros, sub-centros, y la suspensión general de docencia en la universidad”, en palabras del presidente de la Federación de Asociaciones de Profesores de la UASD (Faprouasd), Santiago Guillermo.
El comedor universitario, la plataforma tecnológica, la biblioteca Pedro Mir y los laboratorios se suman a la lista de asuntos pendientes de la academia que, según su rector Iván Grullón, se resuelve con que el Gobierno aumente la partida presupuestal.
El presidente de la FED, Ambiorix Rosario, entiende que la situación de la academia se centra básicamente en que la gestión de Grullón -ya tiene un año y medio- todavía no arranca. “Entendemos que hay un desorden gerencial”, dice Rosario.
Esa idea de Rosario sostiene la teoría generalizada de que a la UASD no se le puede dar más dinero, porque no hay forma de garantizar una justa distribución. Pero la FED es partidaria de un aumento y para ello propone que se entregue usando un mecanismo que blinde el dinero, de tal forma que sea destinado para proyectos muy puntuales. “No debería entregarse directamente a la universidad porque lo pueden meter para botellas y aumentos. Entonces nos quedaríamos como siempre, sin invertir en lo que necesitamos”, sustenta Rosario.
Pero el rector sale al frente de este asunto. Grullón asegura que un aumento del presupuesto irá destinado a programas específicos, como el fortalecimiento de la plataforma tecnológica por la que se debe “muchísimo dinero”, la reconstrucción de los edificios fuera de la sede central, la edificación de otros más, y la modernización de los laboratorios. “Necesitamos cientos de profesores. Con el crecimiento de la matrícula necesitamos aulas y profesores. Eso también va en el presupuesto, si nos lo asignan. Todo eso cuesta muchos recursos, pero sin contar con ellos no podemos realmente avanzar”, subraya. “Los estudiantes quieren que les resuelvan las cosas pero nosotros sin presupuesto no podemos resolverlas”, se lamenta.
Las prioridades, según la FED
En conversación telefónica con elCaribe, el dirigente estudiantil arranca a mencionar problemas. Entonces, se le pide enumerar cinco prioridades: “La principal prioridad sería contratar nuevos profesores, queremos la Facultad de Humanidades arreglada, 15 mil butacas para que los estudiantes tengan lugar donde sentarse, la entrega del comedor con una comida de calidad, no un afrecho y, por último, el arreglo del disparate de página web”.
La UASD representa la única opción para decenas de miles de jóvenes que buscan ser profesionales, en un Estado donde la preparación universitaria no asegura un buen salario, pero sí tenerlo. En el 2014, la universidad registró 171 mil estudiantes, de los cuales 76 mil recibían clases en los centros universitarios del interior. Estamos hablando de que la academia pública recibe cerca del 50% de los universitarios del país, aun cuando existen 31 universidades.
Aquí, las víctimas de las precariedades son los alumnos que, primero, deben inscribirse a las 2:00, 3:00 o 4:00 de la mañana porque la plataforma universitaria no aguanta la cantidad de personas que accede a la web y se desestabiliza.
Vámonos al salón: hay que buscar la butaca en el aula que aparezca, cargarla y ubicarla en el área que recibirá clases con otros 80 compañeros. No hay aire acondicionado y, por suerte, los abanicos pueden hacer un precario favor. Y a esto se le agrega, incluso, que para usted ir a un baño debe esperar fila y enfrentarse a la precariedad de los utensilios que encuentre dentro. Los estudiantes de la UASD también han visto cómo la sombra de un árbol, alguna área verde o las gradas del campo de béisbol se convierten en un salón de clases.
“Aquí se mueven 70 mil personas diarias. Creo que es el lugar del país donde más personas se mueven al día y las cabinas de baño que existen resultan extremadamente pequeñas”, reconoce el director de Planta Física de la UASD, Sergio Pichardo, quien asegura que próximamente la academia contará con cinco cabinas de baño que serán distribuidas en puntos de la sede. “Son baños modernos que van a tener aparatos modernos, incluyendo espacios para minusválidos”. Cada cabina contará con un promedio de 12 inodoros y su costo –RD$20 millones que incluye cinco expendio de comida- ya fue entregado a la UASD, según Pichardo.
“No es falta de gerencia”
El rector Iván Grullón suma otras prioridades y defiende su gestión. Entre ellas, dice que a la biblioteca le faltan RD$100 millones para renovar los aires acondicionados y más de mil computadoras. “¿Es falta de gerencia haber mantenido año y medio la universidad abierta y haber suspendido la docencia solo dos días y que los disturbios duren 20 minutos y 15 minutos?”, señala.
Otro ejemplo de su óptima gestión lo concentra en la Facultad de Humanidades, cuando dice que esas “ruinas” habían sido enviadas a la OISOE hace 15 años. “Logramos que la OISOE interviniera, pero las cosas son lentas”.
“¿Es falta de gerencia también enfrentar la situación del comedor con muchísimas fallas? ¿Es falta de gerencia lograr que intervengan el comedor y que los comedores económicos lleguen aquí? Eso no es falta de gerencia”, opina.
Grullón reitera que el Gobierno puede otorgar más dinero sin temer a un mal uso del capital. “Estamos discutiendo el aumento presupuestal cabeza con cabeza, porque aquí no hay un barril sin fondo. Aquí en la UASD no hay un barril sin fondo, en la gestión de Iván Grullón no hay barril sin fondo”, insistió.
El comedor y Humanidades centran la atención
Las autoridades universitarias tienen el ojo puesto en la Facultad de Humanidades y en el Comedor Universitario. La facultad fue intervenida en diciembre del año pasado y hasta el momento no se ha entregado ni el 50% de la obra. “En ese edificio reciben docencia alrededor de 50 mil estudiantes a la semana. Hasta ahora hemos recibido 26 aulas y estamos impartiendo clases en el Colegio La Salle, para las horas nocturnas… También hemos improvisado en los alrededores de la universidad puntos de encuentros. Además, los profesores se han ubicado en parqueos y esas iniciativas han permitido que la docencia no se haya perdido”, explica el decano de esta facultad, profesor Ramón Rodríguez Espinal.
Para él la falta de espacio y butacas ha provocado serios problemas en la programación de asignaturas. “No tenemos paraninfo donde reunirnos y los profesores no tienen el salón de profesores para poder descansar en las horas que no les toca docencia”, lamenta. Mientras, el comedor presenta inconvenientes en la filtración y las tuberías del sótano del edificio. “La grasa de la carne gotea, se bota (en el sótano) y no es conveniente porque puede traer una seria de enfermedades. Por eso es que el parqueo estaba cerrado”, cuenta.
También explica que se han dañado equipos de procesamiento de comida para responder a la demanda de 10 a 15 mil platos diarios, según estima. El último cierre de la UASD por manifestaciones fue provocado porque el comedor no estaba funcionando. “Casi siempre los muchachos pelean y yo diría a veces con razón, porque la mayoría de ellos, su condición económica es crítica”, razona.
