2013, un año menos para Danilo

Se le acaba el año 2013 a Danilo Medina y todavía la gente lo percibe como “buena persona, pero un poco “mamito” como presidente.

Se le acaba el año 2013 a Danilo Medina y todavía la gente lo percibe como “buena persona, pero un poco “mamito” como presidente. Tiene a varios ministros que se han declarado en campaña tres años antes de las elecciones. Eso es un elemento perturbador para la economía, para el presidente, para el turismo, para el presupuesto nacional, y para la paz de todo el país. Esas golondrinas pre-primaverales no están pensando en su función de Estado, sino en su aventura personal o la aventura de otro, de alguien que, quizás en la sombra, estará orquestando una despedida deshonrosa para Danilo Medina por los cuatro años que quería y que, según su grupo vive proclamando, él se los dio.

Da hasta risa oír a los compañeritos hacer campaña. En sus mensajes dan cátedras sobre filosofía, ciencia, artes, religión, militares, moral y cívica, y entre otras muchas, de “valores”. Pareciera como si nunca hubiesen estado en los puestos más importantes del Estado, haciendo y deshaciendo a gusto.

De la declaración de “El Estado se impuso” a “Ganó con el dinero del Estado” han pasado ya demasiados años, y “han ganado” las elecciones los protagonistas de las frases. Digo “han ganado” entrecomillado porque fueron ellos mismos quienes crearon las dudas de sus victorias, dejando entrever que fue el administrador del dinero público, en el momento, quien ganó.

El omnipresente Estado en República Dominicana no es más que el gobierno de turno y, desde agosto del año 2012 debió ser Danilo Medina, aunque en la realidad no lo parece. Más bien parece que el Estado dominicano está prisionero del grupo económico dirigido por Leonel Fernández y su hijo, según sus propias palabras, cuando se refirió a Félix Bautista, que más que hijo parece su bolsillo derecho.

Ya no se puede recurrir a tribunales electorales con los jueces ad-hoc que conformaron, ni habrá que recurrir a los tribunales y altas cortes penales ad-hoc que han montado, pues no habrá juicio a nadie; el “Estado ad-hoc” se impuso.
Ahora empieza el dilema. El dilema del prisionero del perínclito de Villa Juana, que una vez perdió por él, y luego ganó por él. La pandilla se ha tirado a la calle con su pre-campaña a destiempo. Se amarran las participaciones en Consejos de administración de empresas controladas por el Estado. Se crean nóminas y nominillas para-estatales. Se comienza a invertir en medios de comunicación a través de testaferros. Y, mutatis mutando, estos años parecen más a los de Trujillo que a los de Balaguer. Balaguer no tenía que poner testaferros; Trujillo si; Balaguer, Troncoso o a su hermano, que era buena persona; pero un poco mamita.

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