27 de febrero del 2016, día de la independencia patria, cumpleaños 172 de la República Dominicana, año bisiesto. Tiempo para exaltar las razones que dieron lugar al acontecimiento más importante de nuestra historia como nación libre e independiente. Ocasión para el discurso de redención de cuentas del Presidente ante las Cámaras Legislativas. Espacio de ofrenda floral ante el Altar de la Patria y de tedeum (canto de la liturgia católica para alabar y dar gracias a Dios y celebración de acción de gracias en la que se entona este canto). Lugar para mostrar el poderío militar de nuestras fuerzas armadas y otros aspectos civiles relacionados con la seguridad ciudadana. Exhibición de elementos útiles para guerras convencionales, poco apropiados para la invasión pacífica de que ha sido objeto nuestro espacio patrio en los últimos lustros. Tiempo para fiestas de “macaraos”, de figuras extranjeras en su mayoría, mientras se desdibujan los personajes habituales y se pierden los de tradición. Un “Roba la Gallina” que no se escucha, un “Califé” del que pocos saben y un “Se me Muere Rebeca”, desfasado. Un Duarte escasamente explicado por una historia escolar atropellante, con eventos sobreimportantizados que provocan percepción distorsionada de las realidades de La Trinitaria, del valor de los complotados y las canalladas de los delatores criollos y oscuros enemigos. Personajes que compiten en el “embotellamiento” de fechas, memorización cronológica sin razones ni efectos y no conocimientos de historia. Un mes en el que pasamos del amor humano, al amor a la patria sin que se explique a los jóvenes las profundas diferencias y las sublimes coincidencias entre esas expresiones excelsas del alma humana. “Dulce et decorum est pro patria mori” (Dulce y honorable o decoroso es morir por la patria) de las Odas de Horacio, poeta latino, pierde sentido, mientras se escurre la patria, se sustituyen sentimientos y de sus símbolos, la burla.
El discurso del presidente Medina es su última rendición de cuentas de las acciones de este período gubernamental, centrada en los ejes del desarrollo humano, de su revolución educativa, de la solución del eterno problema eléctrico; de los esfuerzos para equilibrar inequidades, de la vivienda al alcance de los más pobres, del innegable crecimiento económico, de la diplomacia al servicio del país; de Bahía de las Águilas; de Pedernales como tema de interés y del Sur como región prioritaria. Y sobre la salud choca el que el presidente del Colegio Médico diga: “el drama de un enfermo que acude a un hospital comienza a las 5 de la mañana cuando sale de su casa y llega en la tarde, después de todo un día, en espera de que le presten un servicio y no por negligencia médica, sino por la falta de personal”… en huelga, le añado yo. Es tiempo de reorientar acciones equivocadas que solo afectan y arriesgan, por carambola, a los que dicen defender.
