32% de viviendas en el país están a orillas de cañadas

Los efectos de la contaminación de la cañada San Luis, en Gualey, se reflejan en la piel de Leinel Matos. Con sólo un mes de nacido pocas áreas de su pequeño cuerpo están libres de algún tipo de afección.No se trata de un caso…

Los efectos de la contaminación de la cañada San Luis, en Gualey, se reflejan en la piel de Leinel Matos. Con sólo un mes de nacido pocas áreas de su pequeño cuerpo están libres de algún tipo de afección.

No se trata de un caso particular, sus hermanos de tres y un año de edad también llevan en su piel marcas que delatan el ambiente desfavorable en el que viven, alejándolos de un sano desarrollo. Mientras en Cristo Rey, el hedor de una de las cañadas más “agresivas” de este sector del Distrito Nacional penetra cada rincón de una diminuta vivienda, donde vive una anciana, a la que el tiempo le ha hecho olvidar su edad.

De acuerdo con el Censo Nacional de Población y Vivienda (CNPV) 2010, el 32.48% de las viviendas a nivel nacional están ubicadas a orillas de una cañada o canal, dejando entrever la acentuada desigualdad social existente.

Sólo en el Distrito Nacional y en la provincia Santo Domingo el porcentaje de viviendas ubicadas cercanas a cañadas alcanzan el 25.73% y 35.68%, respectivamente. El CNPV indica que las cañadas con basuras y aguas contaminadas en el Distrito Nacional y Santo Domingo aportan el 20.9 y 26.8 por ciento, respectivamente, de toda la contaminación producida en las demarcaciones.

Las cañadas constituyen el drenaje natural de una zona hidrológica o microcuenca, pero en la práctica son utilizadas en múltiples funciones que degradan el afluente, y éste retorna los daños con múltiples enfermedades, convirtiéndolas en un riesgo inminente para toda vida que se desenvuelve en su entorno. Un ejemplo de ello se registra en la cañada San Luis, donde se evidencia el uso combinado de cauces como conductores de líneas de agua potable, colectores del drenaje sanitario, y además funge de receptora de residuos sólidos. Y es que la cantidad de tubos procedentes del área de baño de las humildes viviendas que descargan allí sus excretas delata un pobre servicio en la disposición de un sistema sanitario eficiente.

En el Gran Santo Domingo existen más de 200 cañadas, de las cuales más del 50% son utilizadas como cloacas, según informó a elCaribe el encargado del Departamento de Ingeniería de la Corporación del Acueducto y Alcantarillado de Santo Domingo (CAASD), Luis Báez. A pesar de que en la Región Ozama las soluciones para descargar las excretas vía inodoro aumentó de un 78.53% en el 2002 a 91.18% en el 2010, el estudio recogido por el Censo no especifica el tipo de conexión y/o depósito final.

59% de cañadas descubiertas

Según destaca el informe Geomatrix de diciembre 2013, presentado por Ciudad Alternativa, el 59% del total de los cauces dentro del barrio corresponde a cañadas abiertas vulnerables a ser utilizadas como vertederos, frente a un 41% de cañadas cubiertas. Las más afectadas son las cañadas Villa Eloísa, en Las Cañitas y la de San Luis, en Gualey, ambas reciben sobre el 35% de este vertido. Agrega que la población de Gualey vierte 5,636 toneladas métricas de residuos sólidos por año en los sistemas de cañadas y desfiladeros.

El levantamiento, que abarcó nueve barrios del Gran Santo Domingo, arrojó que la cantidad total de basura vertida a las cañadas de los barrios estudiados se ha estimado en unas 45 mil toneladas métricas por año, equivalentes al 6% de la basura que produce el Distrito Nacional. En su publicación “La Otra Cara de la Pobreza”, Jorge Cela subraya que “en la ciudad, los pobres han ocupado las márgenes, son los terrenos a donde aún no han llegado servicios urbanos, tierra de expansión, generalmente, del Estado, que han sido ocupadas por decisión, anuencia y complicidad de éste o tierras desdeñadas por su condición marginal al borde de ríos y cañadas”. En 2012, el Sistema de Indicadores Sociales de la República Dominicana (Sisdom) reveló que el 14% de las viviendas distribuidas en el territorio nacional están expuestas a contaminación vía cañadas, particularmente, en la Región Ozama, constituida por el Distrito Nacional y la provincia Santo Domingo, se registra el 17%.

En la Estrategia Nacional de Desarrollo (END) República Dominicana 2010- 2030, en lo concerniente a temas de vivienda y servicios, se establecen tres objetivos específicos: asegurar asentamientos humanos sostenibles, socialmente integrados con una adecuada gestión de riesgos, facilitar el acceso de la población a viviendas dignas con seguridad jurídica y garantizar el acceso universal a servicios de agua potable y saneamiento, provistos con calidad y eficiencia.

Pasaron cinco años del tiempo programado para cumplir los objetivos, y los resultados aún no son significativos.

Habiso estudia posibles soluciones de problema

En el informe final de la evaluación de las condiciones del sistema de cañadas que convergen en el Ozama en barrios del proyecto Hábitat Saludable Sostenible (Habiso), se recomienda diseñar y construir obras para revestimiento de 5,310 metros de cauce que actualmente circulan por tierra y rehabilitar 5,207 metros de cauces que requieren reparación en su revestimiento, y reubicar edificaciones construidas sobre el curso natural de las cañadas.

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