Hace unos días, de visita en Villa Riva, me encontré con una muy concurrida caravana del Partido Reformista Social Cristiano (PRSC), a la cabeza de la cual estaba mi viejo y querido amigo Federico Antún Batlle (Quique), quien percatado de mi presencia la hizo detener y se desmontó del vehículo en que se transportaba, confundiéndose en un abrazo conmigo y compartiendo una taza de café que yo apuraba, lo que fue captado por las cámaras del equipo de prensa del presidente y candidato presidencial del PRSC, quien sugirió –y así se hizo- que “esa súbanla seguido a la red”.
¡Cuánto placer me produjo la actitud tan espontánea de mi amigo Quique, a quien me unen afectos de larga data e identidad generacional! En esa actividad reformista comprobé que aún queda reformismo y vi que junto a Quique con entusiasmo participaban en la caravana otros viejos amigos del PRSC como Milton Ginebra, Ito Bisonó, Dionisio Santana y Mario Fernández Saviñón, entre otros. El gallo colorao aún vive, para quienes lo dudan…
No se amilana
Miguel Vargas Maldonado se ha tomado muy, pero muy en serio, su rol de luchar contra viento y marea para recuperar el terreno perdido y reposicionar al Partido Revolucionario Dominicano (PRD), aún cuando en las encuestas los porcentajes de intención de voto del partido blanco están muy reducidos. Vargas Maldonado y su equipo no cesan de contactar a su gente, proclamar candidatos, amarrar adhesiones, etc.. Es verdad que debido a la recurrencia de las divisiones e indisciplina, el PRD parece no ser lo que era antes, pero Miguel y su equipo no se han amilanado ni han dejado apagar definitivamente las llamas del jacho.
Tampoco debemos pasar por alto que el solo hecho de ocupar la casilla número uno en la boleta electoral, ya de por sí es un factor a favor de los perredeístas. La suerte está echada, la consulta en las urnas se acerca cada día más. Después de los sufragios, veremos a quiénes premia o castiga el soberano…
