España queda fuera de Brasil 2014 tras dos partidos decepcionantes y con un bagaje de siete goles en contra y sólo uno a favor, dando así por cerrado un ciclo ganador de seis años en el que se confirmaron como una de las mejores selecciones de la historia y, sin duda, la mejor del siglo XXI. Cayó, además, merecidamente; superada por una Holanda y un Chile que sudaban dinamismo e intensidad en la ejecución de sus ideas y que, tras sólido inicio, ya se han instalado en octavos de final. Esas ideas que menciono, coincidentemente, fueron expresadas tácticamente por ambos en un mismo planteamiento: un 5-3-2 que se ha vuelto un favorito en este Mundial, cementando la popularidad veraniega del carrilero.
Esta formación usa una línea de tres centrales para desocupar un poco de labores defensivas a sus laterales, que terminan parados entre defensa y mediocampo; su trabajo es dominar la banda, tapar espacios y ofrecer alternativas anchas al equipo.
Isla/Mena para Chile; Zabaleta/Rojo para Argentina (cuando varían su básico 4-3-3); Layún/Aguilar para México; Blind/Janmaat para Holanda; la influencia de la posición sobre la competición está resultando clara y entretenida. Al mismo tiempo, provocó problemas a España, que sin causar peligro suficiente por las bandas, vio sus esfuerzos por el centro complicados por la acumulación de jugadores.
Más allá de este pequeño detalle técnico, y con la mente invadida por flashbacks de lo que fueron La Furia y su estilo en full-swing, me gustaría cerrar esta nota con una sonrisa nostálgica y agradecida para los recién eliminados por unos seis años inolvidables. Siempre nos quedarán Viena, Johannesburgo y Kiev… ¡Gracias por el fútbol, Roja!
