Agropecuaria en su gerencia actual

En el 2011 se analizaban posibles escenarios de crecimiento agropecuario en los que se proyectaban tasas de 3.1%, 3.9%, 5.3% y 6.4%; el último escenario (6.4%) era el recomendado e implicaba un mayor aprovechamiento de las potencialidades del agro,&#8230

En el 2011 se analizaban posibles escenarios de crecimiento agropecuario en los que se proyectaban tasas de 3.1%, 3.9%, 5.3% y 6.4%; el último escenario (6.4%) era el recomendado e implicaba un mayor aprovechamiento de las potencialidades del agro, una mayor eficiencia del uso de las tierras, del agua y de recursos fiscales.

Para el periodo enero-marzo de 2013, de acuerdo a cifras del Banco Central, el  sector agropecuario experimentó un crecimiento de 1.2% en comparación al año 2012, mientras que toda la economía en términos reales crecía un 0.3%. En los tres meses subsiguientes el crecimiento para el conjunto de la economía dominicana fue de 2.8%, mientras que para el sector agropecuario promediaba aun al término de los seis meses, 1.2%.

En 13 meses no es posible esperar resultados extraordinarios. Fallas estructurales de profunda raigambre explican el limitado aprovechamiento de las potencialidades. Se suma un factor coyuntural de fuerte impacto negativo: la gran sequía que afectó la siembra y cosecha de los principales cultivos tanto para el consumo interno como aquellos bienes agropecuarios destinados a la exportación. Se demuestra una vez más que desarrollar exitosas cadenas productivas agropecuarias y agroindustriales no es de fácil solución con todo y el importante incremento del presupuesto al sector y del financiamiento que sólo en el primer trimestre del año fue de 2 mil 654 millones de pesos, 88% de incremento respecto a igual periodo del pasado año. A lo que se agrega algo no menos relevante, que las máximas autoridades del área lucen muy inspiradas y rodeadas de equipos de alta calificación profesional y experiencia. La presión de la cotidianidad con tantos y variados problemas ha de combinarse con respuestas gerenciales de gran calado. Es momento ya de acciones gerenciales en dos direcciones fundamentales: Plan Maestro de Desarrollo Agropecuario 2030 y su sistema de seguimiento en correspondencia con la Estrategia Nacional de Desarrollo, y el rediseño de las anquilosadas estructuras organizacionales.

Diversos estudios nacionales e internacionales, con la colaboración de calificados técnicos y organizaciones dominicanas, especialmente los de la CEPAL y de la Junta Agroempresarial Dominicana, facilitan el proceso. Tres desafíos ya identificados y detenidamente estudiados han de ser la base: 1.- Rentabilidad y crecimiento 2.- Cohesión social mediante el aumento del bienestar de los pobres del campo,  y 3.- Competitividad.

La presente administración de dirección y gestión del Estado dominicano tiene en la agropecuaria y la agroindustria la oportunidad de hacer una gran contribución al país.

Aun no es tiempo de ceremonias de reconocimiento.

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