Agua urgente para Cardón

Desde hace ya varios años comparto mi amistad con varias personas en la comunidad El Cardón, en el Distrito Municipal de El Rosario, en la provincia de San Juan. Con ellos formo parte de la Confraternidad Regional Familiar que une a los pobladores&#8230

Desde hace ya varios años comparto mi amistad con varias personas en la comunidad El Cardón, en el Distrito Municipal de El Rosario, en la provincia de San Juan. Con ellos formo parte de la Confraternidad Regional Familiar que une a los pobladores de las regiones El Valle y Enriquillo, a ambos lados de la Sierra de Neyba. Nuestra amistad se ha extendido con personas de otros puntos de la región, pero en el caso de El Capá frecuentemente me reúno con Pablo Alcántara (Sam), Francisco Pérez (Aguido), Freddy de la Rosa (El Compadrito), Félix Pineda, Arcadio Alcántara (Setenta) y otros tantos. Son estas personas las que me han inspirado a escribir esta columna. La comunidad de Cardón muere de sed. Necesita agua urgente. Sus pobladores, acostumbrados a sembrar arroz, habichuelas, maíz, batata, verduras, plátano y yuca ven sus productos morir por la falta de regadío. Cada año para esta época la situación aprieta, pero ahora no sólo está apretando, sino ahorcando. Estaban impuesto a usar una pequeña fuente llamada Primera Agua pero ya esta no da abasto. Luego el INDRHI perforó un pozo a orillas del río El Bao, pero este jamás ha sido suficiente y el río tiene más de tres meses seco, en polvo. La situación se extiende a los parajes, El Baitoal, Ganier, Los Mambruses, El Capá, El Carril y Rancho Copey. La situación de estos lugares casi se convierte en tragedia y será por la falta de agua. Aún así todavía hay una esperanza, pero necesitan la mano amiga del Gobierno. Ellos creen que aún hay chance de salvar sus sembradíos. Lo primero es la voluntad estatal para explorar la potencialidad del subsuelo y perforar nuevos pozos. Ya hay un estudio que rebeló que se pueden construir otros pozos al lado del existente. Hasta se llegó a mencionar un proyecto para bombear agua del lugar para llenar un reservorio para luego mojar por gravedad, incluso se comenzaron los trabajos, pero fueron abandonados. Esta gente, en especial Pablo Alcántara un hombre preocupado por su comunidad, no esconde su impotencia, pero mantiene la fe en que el Gobierno y en especial el presidente Danilo Medina, que conoce muy bien la zona, puedan hacer algo por todo estos pueblos que sólo tienen sus tierras para vivir, pero que sin agua están liquidados. ¡Qué Dios los ampare! l

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