Aguacates injertos han copado mercado

El aguacate criollo o raza antillana prácticamente ha desaparecido del mercado, dejando un importante nicho vacío que ha sido copado por una cantidad de variedades importadas o de injertos que tienen una presencia determinante en el comercio.

El aguacate criollo o raza antillana prácticamente ha desaparecido del mercado, dejando un importante nicho vacío que ha sido copado por una cantidad de variedades importadas o de injertos que tienen una presencia determinante en el comercio.

Las autoridades oficiales ligadas a la investigación agropecuaria y sectores de importancia a nivel privado están conscientes de la situación y comienzan a dar pasos en procura de lograr un rescate de ese rubro, considerado parte de la identidad dominicana.

El aguacate criollo ocupa el tercer lugar en cuanto a las áreas sembradas. Mientras, la variead  senil-34 ocupa el 66%, de la producción nacional, seguido por el Hass, sembrado, principalmente en la zona fronteriza. El aguacate criollo se ubica básicamente en plantaciones dispersas, más bien en los patios sirviendo de sombra. Así lo considera un estudio realizado por la investigadora Daysi Martich, del Instituto de Investigaciones Agropecuarias y Forestales (Idiaf).

“Estamos tratando de conseguir algún tipo de material que tenga calidad para el mercado, para tratar de rescatarlo y multiplicarlo para tener una cantidad exportable de aguacate”, dijo Martich, entrevistada cuando hizo un aparte de un encuentro donde participaron los titulares del Centro de Investigaciones Agropecuarias y Forestales (Cedaf), Juan José Espina; del Instituto de Investigaciones Agropecuarias y Forestales (Idiaf), Rafael Pérez Duvergé, y el  vicerrector de la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña (UNPHU), José Rafael Espaillat, entre otros.

Lo aguacates injertos o importados se producen a partir de junio de cada año. La producción de aguacate criollo es mínima en el país, pues representa apenas el 4% del total de ese rubro en meses como el actual. A partir de septiembre es cuando aparece en cantidades que pueden considerarse como industriales.

Lo correcto para la siembra de aguacate es que el terreno no sea arcilloso, pues existe una enfermedad que ataca el aguacate, por tanto, en suelos con humedad y que se encharcan  las cosechas no prosperan.

Cambita, San Cristóbal, es la zona con la mayor producción de aguacate a nivel nacional, pues la tercera parte de los destinados para exportación salen de ese lugar. En Cambita hay más de cien mil tareas sembradas de aguacate. A nivel nacional la cantidad de terrenos destinados para la actividad son unas 22,072 hectáreas, según la investigadora de esa área en el Idiaf.

Frutos surgen tres años después

El costo de producción por tarea de aguacate es unos 8 mil pesos, en los primeros tres años, que es el tiempo requerido para que estos rindan fruto, luego el gasto es menor. El aguacate tiene un 11.2% de productividad por hectárea.

De acuerdo a informaciones ofrecidas por el director del Idiaf, Rafael Pérez Duvergé, el país tiene una gran diversidad de tipos locales, lo cual constituye un recurso inexplotado de mucho potencial para el desarrollo y multiplicación de nuevas variedades con características para el mercado local e internacional. Refirió la finca de aguacate que tiene la UNPHU en Nigua, San Cristóbal. Informó que este año se injertaron más de 570 yemas de 38 árboles distintos y se hicieron reinjertías en más de 144 patrones.

Mientras, el vicerrector de la UNPHU destacó que la variedad de aguacate antillana dentro de un gran conjunto es la que menos grasa tiene.

De acuerdo a los estudios presentados tanto por el académico de la citada universidad como por varios productores de  diversas país y el Idiaf, a nivel de los campos pudieran haber algunos tipos de aguacate que podrían aprovecharse para dar valor a lo criollo.

Prácticamente todos destacaron la importancia de preservar el mercado.

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